EE.UU. renueva presiones contra régimen de facto hondureño cancelando visas


El presidente electo de Honduras, Porfirio Lobo se prepara para hablar a su llegada al Aeropuerto Internacional de República Dominicana. La toma de posesión de Lobo supondrá cambios en la polí­tica exterior de ese paí­s. AFP PHOTO / Orlando SIERRA.

Estados Unidos renovó sorpresivamente las presiones contra el régimen de facto hondureño, al cancelar las visas a más funcionarios, a menos de una semana de que asuma el poder el presidente electo, Porfirio Lobo.


Funcionarios del presidente de facto, Roberto Micheletti, han perdido la visa estadounidense. AFP PHOTO / Orlando SIERRA.

El Departamento de Estado norteamericano quitó las visas a los ministros de la Juventud, Luis Ortez; Cultura, Artes y Deportes, Mirna Castro; Finanzas, Gabriela Núñez; y Transporte, Saro Bonanno.

También a Javier Valladares, asesor del gobernante de facto Roberto Micheletti, y a su encargada de protocolo, Johanna Padgett, entre otros funcionarios del régimen y empresarios que apoyaron el golpe de Estado que el 28 de junio de 2009 derrocó al presidente Manuel Zelaya.

«Lamentamos que un paí­s amigo y defensor de la libertad quiera presionarnos quitándonos la visa», dijo Ortez al anunciar que recibió la notificación.

Estados Unidos, que suspendió su ayuda a Tegucigalpa tras el golpe y despojó de sus visas a decenas de funcionarios y empresarios hondureños, fracasó en su intento de que se restituyera a Zelaya, quien está refugiado desde septiembre en la embajada brasileña en Tegucigalpa.

Inicialmente, Washington actuó junto a las naciones latinoamericanas, pero luego se separó de la mayorí­a de ellas al reconocer anticipadamente las cuestionadas elecciones de noviembre, ganadas por Lobo, un conservador que apoyó el golpe.

En las últimas semanas la diplomacia norteamericana habí­a centrado sus esfuerzos en lograr que Micheletti deje el poder antes de que asuma Lobo, pero el gobernante de facto, en forma desafiante, ha dicho que no lo hará.

El último esfuerzo público por la salida de Micheletti lo hizo el número dos de la diplomacia estadounidense para América Latina, Craig Kelly, cuando el 6 de enero reclamó el cumplimiento del acuerdo Tegucigalpa/San José del 30 de octubre.

El acuerdo, firmado por delegados de Zelaya y Micheletti, contemplaba instalar un gobierno de «unidad y reconciliación» y la salida de Micheletti, pero sus principales puntos jamás fueron instrumentados.

De todas formas, Estados Unidos indicó el miércoles que asistirá a la toma de posesión de Lobo, aunque aún no decide a qué nivel será su representación.

«Estaremos representados. A qué nivel no lo sé, lo sabremos esta semana», dijo el embajador norteamericano en Tegucigalpa, Hugo Llorens, durante un acto en Washington.

Por su lado, la ministra Mirna Castro declaró sentirse «honrada» por la cancelación de su visa estadounidense, aunque opinó que el paso fue «inaudito».

Anteriormente, Washington habí­a quitado las visas al propio Micheletti, al presidente de la Corte Suprema, Jorge Rivera; al presidente del Congreso, José Alfredo Saavedra; al comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio, al magistrado Tomás Arita –quien emitió la orden de captura contra Zelaya el dí­a del golpe–, el canciller Carlos López y otros funcionarios y empresarios que apoyaron el golpe.

Lobo prometió este miércoles conceder un salvoconducto para que Zelaya salga junto a su familia de Honduras, tras reunirse con el presidente dominicano, Leonel Fernández, en Santo Domingo.

Lobo se comprometió a dictar un «salvoconducto en favor del presidente José Manuel Zelaya y de sus familiares, a los fines de que puedan ejercer a plenitud el derecho ciudadano que les corresponde al disfrute de la libertad de tránsito», según un acuerdo que firmó con Fernández.

Este «es un buen gesto de Porfirio Lobo (…) Está desmarcándose de la dictadura» de Micheletti, declaró Zelaya sobre este compromiso.