Japan Airlines (JAL), la primera compañía aérea del continente asiático, endeudada y afectada por grandes pérdidas, se declaró el martes en quiebra e inició un severo plan de rescate que incluirá la supresión de unos 15.600 empleos.
La ex compañía nacional, que cubre más de 40% de las líneas interiores de Japón y la cuarta parte de los enlaces internacionales que parten de Tokio, aseguró sin embargo que sus vuelos no sufrirán interrupción alguna. Los proveedores de gasolina, comidas y otros rubros serán pagados normalmente, así como los aeropuertos donde hacen escala los aviones de JAL.
El derrumbe de JAL, cuya deuda total es estimada en unos 2 billones de yenes (15.200 millones de euros, 25.700 millones de dólares), es el más importante en Japón para una empresa fuera del sector financiero desde la Segunda Guerra Mundial, según el gabinete de consultores Tokyo Shoko Research.
JAL se someterá a un programa de recuperación supervisado por un organismo semipúblico de salvamento de empresas en problemas, Etic. Al declararse oficialmente en suspensión de pagos, la compañía podrá contar con la protección prevista por la ley nipona sobre las quiebras.
El gobierno anunció que este plan de salvamento incluirá la supresión de unos 15.600 empleos, sobre todo a través de la cesión de numerosas filiales, lo que corresponde aproximadamente a una tercera parte de los efectivos del grupo.
Este plan prevé también inyecciones de capitales públicos por unos 300.000 millones de yenes (2.300 millones de euros, 3.300 millones de dólares), anunció el gobierno.
Dos aerolíneas estadounidenses, Delta Air Lines y American Airlines, compiten para participar en esta operación de rescate, pero ni JAL ni el gobierno se refirieron a este aspecto de la cuestión el martes. La prensa, por su parte, afirma desde hace varios días que Delta será la elegida.
«Si JAL no hubiera sido la primera compañía aérea del país, semejante procedimiento hubiera significado la desaparición de la empresa. Pero se trata de JAL, y ella cuenta con el respaldo del ministerio de Transportes», declaró en una conferencia de prensa el ministro de Transportes, Seiji Maehara.
«Esta jornada no marca el fin de JAL, sino un nuevo comienzo», aseguró Maehara, explicando que la quiebra permitirá al antiguo orgullo nacional, símbolo de la prosperidad reconquistada de Japón luego de la guerra, recuperarse con total transparencia.
JAL será excluida en un plazo de un mes de la Bolsa de Tokio. Por lo tanto, los accionistas de esta aerolínea no podrán recuperar su inversión. La acción, que se derrumbó más de 95% desde comienzos de este mes, cerró el martes a 5 yenes. Hace un año valía más de 200 yenes.
Tal como estaba previsto, JAL también anunció el martes la renuncia de su director general, Haruka Nishimatsu. El gobierno ya había indicado la semana pasada que tenía intenciones de nombrar en la jefatura a uno de los empresarios más respetados del país, el fundador del grupo electrónico Kyocera, Kazuo Inamori, que celebrará sus 78 años el 30 de enero.
El diario Yomiuri Shimbun afirmó el sábado que el gobierno japonés se inclinaba a favor de una alianza entre JAL y la norteamericana Delta Airlines, en detrimento de American Airlines. Las dos compañías estadounidenses codician los lucrativos horarios de JAL en los aeropuertos asiáticos.
Si esta información fuera confirmada, JAL ingresaría a la alianza Skyteam, a la cual también pertenecen Delta, Air France-KLM y Korean Air, abandonando la alianza Oneworld, a la cual ingresó en 2005.
Por el momento se ignora si esta futura alianza estaría acompañada de un ingreso del futuro socio al capital de JAL.