El mercado negro de los celulares robados opera en distintas áreas de la ciudad. Fotografías evidencian que no existe un control de las autoridades sobre este tipo de comercio, que es, en parte, causante de la violencia y criminalidad en el país.
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Además, adquirir un celular en dichos lugares, sabiendo que son robados, apoya el fomento de este acto ilícito, que es uno de los más comunes en todo el país.
La conocida 20 calle de la zona uno o el mercado La Presidenta, como es llamado, es uno de los principales lugares en donde se comercializa este tipo de mercadería y pese a que las autoridades han realizado importantes decomisos en dicho sector, en ocasiones hasta los mismos agentes de la PNC son vistos adquiriendo su celular robado.
Se realizan los operativos y a pocas horas de los mismos las ventas vuelven a ser instaladas en el punto sin que nadie se los impida.
El robo de celulares lo cometen personas que luego llegan a venderlos a lugares como el ya mencionado y El Guarda, entre otros. Por lo regular los asaltos son cometidos en el servicio colectivo de transporte, en calles solitarias y de zonas peligrosas, y en ocasiones en paradas de buses.
Los delincuentes que se dedican al robo de celulares, en ocasiones vigilan a la víctima momentos antes del atraco, para saber qué modelo de teléfono poseen, de ser uno moderno, la persiguen hasta lograr su cometido. Lo robado es comercializado en el mercado negro.
Aunque no existe una estadística específica de este hecho ilícito, el Ministerio Público recibe a diario un promedio de 215 denuncias de robos menores, muchos de ellos de celulares.
Las denuncias durante el año 2009 de robos menores oscilan entre las 77 mil 635, según datos oficiales.