Canalizar la ayuda


Guatemaltecos que desean ayudar a los hermanos haitianos en esta grave crisis que sufre ese paí­s caribeño se han topado con dificultades para hacer sus aportes porque no se ha establecido una red adecuada para canalizar la ayuda. De momento no hay instituciones nacionales que se hagan cargo de recibir aportes y donaciones que quiere hacer la población y es urgente que el Gobierno decida un instrumento idóneo para que la solidaridad de los guatemaltecos se pueda manifestar rápidamente, justo cuando más falta hace.


Ciertamente nuestro paí­s ya envió alguna colaboración con el contingente de especialistas del Ejército que viajaron para ayudar en las tareas de rescate y descombramiento, pero hay que entender que los reportes que llegan de Haití­ señalan una situación desesperada por la falta de agua potable y alimentos, aparte de que estimaciones meteorológicas indican que se pueden esperar frentes frí­os de consideración para los próximos dí­as, por lo que la gente que está a la intemperie necesitará cómo cubrirse. Afortunadamente el mundo entero ha reaccionado con interés y diligencia para canalizar la ayuda que los ciudadanos están brindando en forma generosa. Si en Guatemala el Gobierno no quiere o no puede hacerse cargo de la tarea, convendrí­a que la Iglesia Católica, con sus distintas diócesis y parroquias, estableciera centros de acopio para facilitar la donación de todo aquello que hace falta a los habitantes de ese paí­s que comparte con el nuestro la escandalosa situación de miseria en muchos de sus habitantes. La respuesta de la población está allí­, con gente deseosa de mandar aportes a donde se le indique, pero desafortunadamente nuestras autoridades como que no han puesto la atención debida al caso y concentradas como están en la celebración del resultado del Caso Rosenberg no atinan a jugar un papel importante mediante el establecimiento de los mecanismos para recibir los solidarios aportes de nuestra gente, ni mucho menos el desarrollo de una campaña de información constante y tupida para explicar a los guatemaltecos qué es lo que más falta hace en Haití­ y a dónde se puede llevar. La ayuda que no llega luego no es tan importante porque las primeras horas después de un terremoto son de las más crí­ticas y eso lo sabemos nosotros por experiencia. La ayuda que dan los ciudadanos es diferente a la ayuda institucional de los estados que puede servir para la reconstrucción, pero la primera es la asistencia inmediata y directa que mitiga los peores momentos de la crisis y nuestra reacción como paí­s está siendo tardí­a.