En los últimos meses del año recién pasado (2009) comenzaron los tiritos de algunos político-partidistas que aspiran a ocupar el codiciado taburete presidencial.
Esa gente se ve entregada a organizar otras agrupaciones políticas y/o a fortalecer las ya existentes. Al igual que muchos ciudadanos, participantes o no en la alharaquienta politiquería, pensamos que la proliferación de partidos es el producto de las ambiciones personales de los líderes que ya todos conocemos. Deberían haber sólo dos o tres grupos políticos en nuestro país, ¡no más!, porque las únicas tendencias político-ideológicas son nada más dos bien definidas: la democrática y la antidemocrática. En otras palabras: la derechista y la izquierdista. Podríamos agregar otra: la de los centristas (centro-derecha y centro-izquierda), a los que, despectivamente, se tiene como gallos-gallinas. Es prematuro todavía emprender una campaña político-electoral, pero ya es el «costumbro» de quienes juegan con fuego en el palenque, como diría Juan Pueblo desde la galería… Ya al gobierno de turno casi no lo dejan trabajar y eso causa problemas a la colectividad nacional. En el ruedo tenemos ya como una decena de organizaciones políticas. Unas de filas ensanchadas y ramificadas en todos o en la mayoría de los departamentos de la República, y otras apenas en pañales como los niños que ni siquiera pueden gatear … ¡Ah!, pero los liderejos de los grupúsculos están tratando de embaucar a los ciudadanos con sus cantos de sirena. Ofrecen nuestro mundo terrenal y el mundo celestial! ¡Quienes no los conocen que los compren, reza un refrán con sabor chapín! Pero continuemos. Ahora pasamos a referirnos a los presidenciables visibles, que pueden contar con buenos dividendos cívico-electorales en boca de urnas… El general Otto Pérez Molina, Eduardo Suger, Sandra Torres de Colom, Alejandro Giamattei (don Alex) y alguno que puede salir del PRG son los gallos de pelea capaces de sacarse el loterillazo -cualquiera de ellos- en las postrimerías del 2012. Pérez Molina es un líder bien fogueado. Representa la segunda fuerza política del país. Y, al parecer, tiene mucho apoyo. Suger pede contar con los votos de la mayoría de profesionales, del estudiantado universitario, de los intelectuales y de otros sectores ciudadanos. Se considera que haría un «gobierno culto y realmente democrático. La señora Torres de Colom a la vez puede estar captando simpatías y reconocimiento entre la pobrería urbana y rural por el trabajo que viene realizando para atenuar la situación de hambre y pobreza. Giamattei, que sacó buen número de sufragios en el pasado jaleo que dio el triunfo al ingeniero ílvaro Colom, también es posible que haga buen papel en los comicios generales que aun no están muy cerca. Ya mencionamos, pues, algunos de los personajes que apuntan a la diana presidencial. Todos o casi todos son dirigentes curtidos en las batallas políticas que causan bullicio de parranda larga… Hay analistas políticos de altos quilates que consideran que el general Efraín Ríos Montt, a pesar de lo que se dice de él por haberse enfrentado a quienes pretendieron dar caravuelta a la institucionalidad para hacerse fuertes y monarquizarse a lo Fidel Castro en el poder público, es un líder político de peso pesado, pero no puede echarse al agua porque lo han atrapado las telarañas de la ley fundamental vigente. Guatemala necesita y urge un gobierno de orden, de paz, de tranquilidad, de seguridad y, en fin, de realizaciones positivas, porque en la tenebrosa actualidad hay muchos problemas difíciles, muy difíciles de resolver. Entre la población se escucha un grito clamoroso por un régimen de actuaciones eficaces, enérgicas, sin extremar las cosas. Se exige mano dura contra los criminales y demás delincuentes que tienen en constante zozobra, en gran amenaza, a las personas honradas que trabajan de sol a sol para subsistir dignamente con la familia. Ni siquiera se piensa en volver a las brutales dictaduras de antes de 1944, sino de dar verdadera expresión a la genuina democracia con plena libertad y demás atributos que nos brinda dicho sistema.