Cuentos chinos


            La gente habla de «cuentos chinos» para referirse a hechos inverosí­miles, increí­bles, fantasiosos, «pajeros» o extraordinarios.  Algo exagerado es «cuento chino», decir que Daniel Ortega es el pueblo, es aún otro mayor.  Estamos rodeados de «cuentos chinos», pero no nos damos cuenta o los aceptamos porque nos fascina lo mágico y vivimos embelesados en nuestro surrealismo. 

Eduardo Blandón

            Pero debemos estar atentos porque no todos los «cuentos chinos» en ese paí­s son fantasí­a.  Los chinos de vez en cuando renuncian a sus  fábulas y realizan sus ensoñaciones.  Tengo pruebas para demostrarlo.  Revisemos dos hechos de reciente anuncio en la noticias para enterarnos.

 

            En primer lugar, China es el paí­s que más personas ajusticia.  El año pasado al menos 1,718 fueron enviados al patí­bulo sobre un total de al menos 2,390 en todo el mundo.  Amnistí­a Internacional que fue quien reveló el dato piensa, sin embargo, que es «cuento chino» creer que las cifras son exactas.  Ellos aseguran que el número es mucho mayor.  Los ejecutados en el 2008 por ejemplo fueron 6 mil ¿Acaso no es sospechosa la diferencia respecto al 2009?

 

            El método tradicional de aplicación de la pena de muerte en China es un disparo en la nuca, pero en los últimos años se ha extendido el uso de la inyección letal, un paso que ha sido calificado por las autoridades y los medios de comunicación oficiales de «progreso social».  Como puede ver, los chinos no están para cuentos y cuando se trata de ejecutar a los que califican como «malos», no se andan con historias.

 

            Otro cuento que no es chino y que prueba que los orientales no están para ficción, lo constituye el nuevo tren de alta velocidad que ha sido inaugurado recientemente.  Se trata, nada más y nada menos, que del tren de larga distancia más rápido del mundo.  La lí­nea ferroviaria cubre 1,100 kilómetros y conecta las ciudades de Wuhan (capital de la provincia de Hubei) y Cantón (capital de la provincia homónima) en tres horas.

 

            Los trenes viajan a una velocidad media de 350 kilómetros por hora, lo que supera los 243 km/h de los trenes balas japoneses y los 277 kms/h de los TGV franceses.  El tren chino es capaz de alanzar 394 Kms/h y ha recortado más de siete horas y media el trayecto entre Wuhan y Cantón.  El coste de la nueva lí­nea ha ascendido a 11,900 millones de Euros.  ¿Cuentos chinos?  No, aquí­ no hay timo.

 

            Los «cuentos chinos» saben más a realidad que a ficción.  Si juzgamos por los hechos, estos presuntos soñadores son más bien calculadores, frí­os y ejecutores.  Nada que ver con nuestras utopí­as y macondos que nos tienen sumidos en la pobreza y en el delirio de un mundo mejor sin apenas mover un dedo.  Entre nosotros ya es tiempo que nos dejemos de farsas e imitemos algunas de esas fabulaciones chinas.