Harold Pinter: ¿Tienes que irte?


Harold Pinter (1930-2008), fue un dramaturgo, guionista, poeta, actor, director y activista polí­tico británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005. Escribió para teatro, televisión, radio y cine. FOTO LA HORA: ARCHIVO

La noche que el dramaturgo británico Harold Pinter conoció a su futura mujer, Lady Antonia Fraser, él le preguntó: «Â¿Tienes que irte?», una frase que a un año de la muerte del luego premio Nobel de Literatura ella ha usado para titular las memorias de sus 33 años de pareja.


En ese momento ambos ya estaban casados y la respuesta de Fraser, una elegante y consagrada escritora de biografí­as sobre personajes históricos, les cambió la vida: «No, en realidad no es absolutamente necesario».

Fraser recordó ese episodio al presentar esta semana el libro sobre los que llamó «muy felices años» juntos y que se pone a la venta el lunes en el mundo anglófono con el tí­tulo: «Must You Go? My Life with Harold Pinter».

La presentación se realizó en el claustro del antiguo colegio de San Idelfonso, en la capital mexicana, donde vive uno de los hijos de la escritora.

Pinter, uno de los más influyentes escritores británicos de los tiempos recientes, fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 2005.

Fraser dijo que para escribir estas memorias recurrió en buena parte a sus diarios, que lleva en forma diligente desde 1968.

«Es un libro que nunca, nunca, esperé escribir», explicó Fraser al contar que sólo después de que Pinter muriera, en la navidad de 2008, tomó la decisión repentina de empezar esta obra.

«A veces me pregunto: ¿Qué he hecho?», dijo la escritora al subrayar que hasta ahora habí­a decidido mantener en privado los detalles de su relación con Pinter.

El texto incluye numerosas anécdotas sobre encuentros con celebridades literarias, contó Fraser, quien relató uno con el escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien al conocerla elogió la obra «Â¿Quién le teme a Virginia Woolf?», creyendo erróneamente que era de Pinter, en lugar de Edward Albee.

Fraser relató que ella estaba tan impresionada con el «muy encantador» escritor peruano que no lo quiso corregir.

También reveló que la primera esposa de Salman Rushdie, Clarissa Luard, les contó cómo le pedí­a al famoso novelista que le leyera todas las noches antes de irse a dormir.

En un paí­s como Inglaterra, obsesionado con las clases sociales, Fraser dijo irónicamente que ella y Pinter, junto a otros escritores e intelectuales, habí­an logrado pertenecer a lo que llamó la «clase bohemia».

«Muchas cosas hicieron de mí­ una católica aristócrata, mientras que Harold provení­a de un estrato trabajador. Y fue por eso que un tabloide sacó a relucir ese tema cuando los dos andábamos por los cuarenta. Pero ambos éramos escritores y era ridí­culo decir que uno pertenecí­a a una clase superior», señaló.

La última parte de la obra está dedicada a la batalla que Pinter libró durante siete años contra el cáncer, pese a lo cual siguió trabajando como escritor y dramaturgo.

«No fue sino hasta que escribí­ el libro que me di cuenta de lo extraordinariamente valiente que fue», señaló Fraser al declinar leer uno de los poemas que escribió el premio Nobel, por temor a caer en el llanto.

Fraser, que en 1999 recibió el máximo reconocimiento británico, la Orden de Caballerí­a, es autora de varias obras sobre personajes históricos, incluyendo su biografí­a de Maria Antonieta, en la cual se basó la pelí­cula dirigida por Sofí­a Coppola.

Antes de unirse a Pinter, Fraser fue esposa del parlamentario conservador Hugh Fraser, con quien tuvo seis hijos.

«Es un libro que nunca, nunca, esperé escribir. A veces me pregunto: ¿Qué he hecho?».

Lady Antonia Fraser

Viuda de Harold Pinter

SEMBLANZA Harold Pinter


Pinter nació en el barrio de clase obrera de Hackney, Londres, dentro de una familia judí­a, y, durante dos semestres, estudió en la Academia Real de Arte Dramático. De joven publicó poesí­a, y comenzó a trabajar en el teatro como actor bajo el seudónimo de David Baron. Su primera obra, The Room, fue representada por primera vez en la Universidad de Bristol por los estudiantes de la misma.

The Birthday Party (1958) fue inicialmente un fracaso, a pesar de la crí­tica positiva aparecida en The Sunday Times por parte del crí­tico de teatro Harold Bobson, pero el autor conseguirí­a el éxito con The Caretaker en 1960. Este éxito le ayudó a establecerse. Las mencionadas obras, y otros de sus trabajos tempranos como The Lover en 1962 o The Homecoming (1964), han sido muchas veces etiquetados como «teatro del absurdo». En ellas se parte usualmente de una situación aparentemente inocente, situación absurda y amenazante debido a la conducta peculiar de algún personaje que resulta incomprensible para el público, y en ocasiones para el resto de los personajes. La obra de Pinter muestra una marcada influencia de los primeros trabajos de Samuel Beckett, con quien mantuvo una larga amistad.

Pinter empezó a dirigir más frecuentemente durante los setenta, convirtiéndose en el director asociado de Royal National Theatre en 1973. Sus obras tardí­as tienden a ser más cortas, y los temas más polí­ticos, utilizando muchas veces alegorí­as de la represión. Fue alrededor de 1970 cuando Pinter comenzó a manifestarse más claramente en el aspecto polí­tico, adoptando una postura izquierdista. Pinter se esfuerza continuamente por atraer la atención pública sobre las violaciones de los derechos humanos y la represión. Sus escritos se han publicado de manera habitual en los periódicos Británicos, como The Guardian y The Independent.

En 1985 Pinter viajó a Turquí­a con el escritor americano Arthur Miller y conoció a muchas ví­ctimas de la represión polí­tica. En la función en honor a Miller en la embajada estadounidense, en lugar de intercambiar cortesí­as, Pinter mencionó a personas que habí­an recibido descargas eléctricas en sus genitales, declaraciones que hicieron que lo echaran. (Miller, en apoyo, abandonó la embajada con él). La experiencia de Pinter en la represión turca y la supresión del idioma kurdo inspiraron la obra de 1988 Mountain Language.

En 1999 Pinter se convirtió en un crí­tico ferviente de los bombardeos a Kosovo autorizados por la OTAN. También se opuso a las invasiones de Afganistán en 2001 y de Iraq en 2003. En 2005, anunció que se retiraba del teatro para dedicarse a la acción polí­tica.

Junto a otras personalidades judí­as acordó no aceptar la ciudadaní­a israelí­ ni celebrar el 60 aniversario de este Estado por condenar sus atentados contra la vida de los palestinos.

Pinter fue nombrado «Companion of Honour» en 2002, tí­tulo honorí­fico británico, después de haber rechazado el tí­tulo de Sir. Apoyaba al partido polí­tico de izquierdas RESPECT.

En octubre del 2005, la academia sueca anunció a Pinter como el ganador del Premio Nobel de Literatura 2005, con la motivación de: «Quien en sus obras se descubre el precipicio bajo la irrelevancia cotidiana y las fuerzas que entran en confrontación en las habitaciones cerradas». En su discurso de agradecimiento leyó Explico algunas cosas de Pablo Neruda.

Muere de cáncer a los 78 años, en diciembre de 2008.