Vanessa, la joven que perdió a 11 familiares


Una imagen captada de la televisión brasileña muestra a Vanessa de Cassia da Coinceí§ao en declaraciones durante una entrevista en la favela Morro da Carioca. Vanessa perdió 11 familiares, entre los que se cuenta un hijo, su abuela, tí­as y tí­os y primos. AFP PHOTO STR MíXIMA CALIDAD DISPONIBLE

«Acabó todo ¿Vivir aquí­ para qué? Si perdí­ todo», declaró a la AFP con la vista perdida Vanessa de Cassia da Coinceí§ao tras perder a once familiares en el deslizamiento de tierra de la favela Morro da Carioca, en la turí­stica ciudad brasileña de Angra dos Reis.

Por Marcelo Lluberas

Los equipos de rescate trabajan con una excavadora en búsqueda de las ví­ctimas de la colina de Carioca Morro en Angra dos Reis, a 100 kilómetros al sur de Rí­o de Janeiro, Brasil.

Delgada, de piel bien oscura, con la boca a medio camino entre una sonrisa y una mueca de lamento, la joven de 27 años parece anestesiada por el trago más amargo de su vida: la pérdida de casi toda su familia en la tragedia ocurrida el viernes en la portuaria Angra (150 km al sur de Rí­o de Janeiro).

Esa madrugada, las fuertes lluvias provocaron dos grandes deslizamientos de tierra y vegetación nativa que dejaron en el Morro da Carioca 21 muertos, de los cuales 11 eran de la familia de Vanessa. Ahora una lengua de tierra rojiza y grandes piedras sobresalen en el lugar teñido de luto.

«Hay personas que dicen que perder uno (familiar) ya es difí­cil, entonces imagine perder a toda la familia», subrayó la joven, que trabajaba de celadora y vivió toda su vida en el barrio.

En una noche infernal cerca del centro de la ciudad de Angra, el lodo y el agua arrasaron la vegetación y muchas casas que se desbarrancaron por la empinada cuesta. Ahora decenas de familias buscan un nuevo lugar para instalarse luego que sus viviendas fueran clausuras por la alcaldí­a.

Entre ellas está Vanessa, que ahora también sin hogar deambula por la favela antes de abandonarla definitivamente, dejando atrás un recuerdo funesto que quiere borrar lo más pronto posible.

Ella y una de sus hijos fueron las únicas sobrevivientes de la familia. Un tibio consuelo para Vanessa ante la pérdida de un hijo, su abuela, tí­o y primos.

«Solo de mi familia fueron once, de la de mi tí­a otros cuatro que habí­an venido de visita», señala.

«Los fueron encontrando de a poco (entre los escombros y el lodo). El sábado encontraron a cinco, el domingo a tres y al dí­a siguiente otros tres», explica, casi como un desahogo.

El viernes, al momento de los deslizamientos, Vanessa intentaba llegar a su casa cuando otra se derrumbó y cayó a su lado. Cuando consiguió esquivar los escombros y llegar a donde se suponí­a estaba su hogar, ya era tarde para su familia.

«Todaví­a sigo viniendo aquí­ (al Morro) por causa de mi hija, que está en esa casa ahí­, de mi patrona, además vine a hacer mi registro» en el plan de auxilio de la alcaldí­a, explicó.

La alcaldí­a abrió un plan de emergencia para los que perdieron su casa, en el que paga por seis meses un salario mí­nimo de 510 reales (casi 300 dólares al cambio) como ayuda para pagar la renta de una nueva vivienda.

Sin embargo, muchos ya reclamaron por dificultades pues los alquileres están inflados y en los últimos años sus precios casi se duplicaron. Además, a Vanessa no habrá suma que la compense por quienes ya no están.

RESCATISTA. Aceleran labor.


Los rescatistas brasileños cumplí­an el miércoles su sexto dí­a de remoción de escombros en la ciudad de Angra dos Reis (150 km al sur de Rí­o de Janeiro) donde murieron 21 personas por deslizamientos de tierra, de un total de 74 en el Estado carioca, aunque con mayor prisa debido a las amenazas de lluvia.

En la fecha en que Angra dos Reis cumple su 508º aniversario de fundación, el clima en la ciudad era de luto con las fiestas suspendidas por la muerte de 21 personas en la favela Morro da Carioca (centro) y otras 31 en un incidente similar en la vecina isla Ilha Grande.

Las muertes en el municipio de Angra suman así­ 52 de un total de 74 en el estado de Rí­o de Janeiro, y la planeada conmemoración dio paso a cultos de homenaje póstumo.

El comandante del Cuerpo de Bomberos de Angra y jefe de las tareas, coronel Jerri de Andrade, declaró a la AFP en medio de los escombros que «este es un aniversario triste, pero las tareas tienen que continuar (…) Nuestro trabajo va a durar todo el tiempo que sea necesario».

Andrade dijo que lo ocurrido pudo evitarse, atribuyéndolo a la construcción de viviendas en zonas inapropiadas. «Son tragedias evitables», sostuvo, reclamando «un ordenamiento urbano con criterio».

Las autoridades están ahora abocadas a definir planes de acción social y de prevención de nuevos accidentes, además de impulsar el reordenamiento urbano local en una región donde el 60% de la población vive sobre cuestas.

En la mañana hubo cierta preocupación pues llovió unos minutos tí­midamente. En la tarde el clima se hizo pesado y el sol asomó por instantes, pero los pronósticos dan lluvia para el jueves y así­ se alertó a los pobladores a salir de casa si ello sucede.

«Los trabajos se han acelerado. Estamos intentando tirar el máximo de material posible antes que llueva para que no pueda deslizarse y afectar otras residencias más abajo», dijo de Andrade.

Este miércoles una excavadora removí­a escombros, mientras camiones particulares y municipales recogí­an cientos de kilos de lodo y destrozos. Los bomberos también controlaban lo retirado pues se mantiene la búsqueda de una niña que se estima estaba en el morro durante la tragedia del viernes.

En el área del Morro da Carioca, la AFP pudo constatar la destrucción provocada por el deslizamiento con toneladas de lodo, vegetación y escombros de casas alcanzadas, además de las 20 que desde el martes la Defensa Civil y la alcaldí­a comenzaron a demoler, de un total de 120 clausuradas.

Casas que el martes todaví­a lucí­an su decoración navideña, un dí­a después tení­an muros derrumbados y carteles de «clausurada».

El gobierno de Angra prevé en principio demoler unas 400 casas en todo el municipio, aunque según medios locales, el número podrí­a ser mucho mayor.

Pedazos de madera, piedras, tejas, hierros, ladrillos, lodo y objetos de todo tipo yací­an bajo las enormes rocas que están en la cima de la colina sobre la enorme lengua de tierra abierta por el deslizamiento.

Los preparativos de salida de vecinos de la favela se intensificaron y mucha gente atemorizada por posibles lluvias retiraba muebles, electrodomésticos y ropa para salir a buscar otro abrigo.

Entre ellos estaba Lidiane de Oliveira, de 25 años, que trabaja en una posada cercana y esperaba con su hijo pequeño sentada entre sillas, bolsas y otras pertenencias.

«Infelizmente mi casa está entre las clausuradas, voy a la de unos parientes. Sé que ya no podré volver y no quiero arriesgarme. Luego veré dónde recomenzaré», declaró a AFP.

GOBIERNO. Liberación urgente.


El gobierno brasileño anunció el jueves que liberará en carácter urgente casi 46 millones de dólares para obras de emergencia en el municipio de Angra dos Reis (sudeste), donde deslizamientos de tierra la semana pasada dejaron al menos 52 fallecidos.

«Vamos a liberar, en carácter de emergencia, 80 millones de reales (45,9 millones de dólares al cambio actual), recursos que serán utilizados para reconstrucción y reubicación de casas en áreas de riesgo y para recuperación de las cuestas (de colinas)», sostuvo el ministro de Integración Nacional, Geddel Vieira, durante una visita a la ciudad de Angra (150 km al sur de Rí­o de Janeiro).

«La determinación del presidente (brasileño Luiz Inacio) Lula (da Silva) fue que viniéramos aquí­ para presentar soluciones rápidas e inmediatas», declaró Viera durante su visita junto al Ministro de Ciudades, Marcio Fortes, y el gobernador del Estado de Rí­o de Janeiro, Sergio Cabral.

La comitiva sobrevoló en helicóptero la favela Morro da Carioca (cerca del centro de la ciudad de Angra dos Reis), donde murieron 21 personas por un deslizamiento de tierra la madrugada del viernes. Otras 31 personas murieron por otro derrumbe sobre una posada de la vecina isla Ilha Grande.

Así­, las muertes en el municipio de Angra suman 52 y 74 en el estado de Rí­o de Janeiro.

Especialistas en ordenamiento urbano, jerarcas del Cuerpo de Bomberos y municipales han destacado que el problema de los deslizamientos de tierra generados por lluvias se agravó con la construcción irregular de asentamientos sobre las laderas de las abundantes colinas que cercan esta región litoraleña.

Las autoridades ya iniciaron la demolición de 20 viviendas en áreas de riesgo del Morro da Carioca, de un total de 120 programadas inicialmente.

La alcaldí­a estudiaba si procederá a destruir un total de 400 casas en el municipio, cifra que puede llegar a 3.000 según un jerarca municipal citado por agencias locales.