El abate Pierre, figura de primer plano de la lucha contra la pobreza y que durante años fue la personalidad favorita de los franceses, falleció este lunes a los 94 años.
Fundador de los Traperos de Emmaus, comunidad de apoyo a los más pobres presente en unos 40 países, el abate Pierre murió el lunes en la madrugada en el hospital parisino de Val de Grí¢ce rodeado de algunos allegados, anunció el presidente de Emmaus Francia, Martin Hirsch.
La infección pulmonar que motivó su hospitalización el 14 de enero «finalmente se lo llevó», precisó.
Durante largo tiempo fue considerado como la personalidad preferida de los franceses, después de suceder al comandante Jacques Yves Cousteau y antes de ceder su preferencia al futbolista Zinedine Zidane.
Luego de encabezar 17 veces esta encuesta de popularidad entre 1989 y 2003, el fundador de los Traperos de Emmaus pidió en 2004 que ya no lo incluyeran en este palmarés, expresando el deseo de que «otros más jóvenes ocupen este primer lugar».
Entre los homenajes que comenzaron inmediatamente a afluir figuró el del presidente francés Jacques Chirac, quien se declaró «conmocionado».
«Toda Francia lo siente en su corazón», resumió Chirac, señalando su «inmenso respeto y su profunda afección» por el religioso.
El abate Pierre «nos mostró la vía de la generosidad individual y colectiva» y «le hará falta a todos los franceses», declaró por su parte el primer ministro Dominique de Villepin.
El rector de la mezquita de París y presidente del Consejo francés del culto musulmán, Dalil Boubakeur, saludó a un «hombre de Dios» que consagró su vida » a la defensa de los humildes y al derecho de los más pobres a vivir dignamente».
La imagen del abate Pierre, con su sotana, abrigo negro largo, boina, bastón y borceguíes, era familiar entre los franceses.
El religioso, cuyo verdadero nombre era Henri Grouí¨s, ex resistente contra la ocupación nazi y ex diputado, fundó después de la Segunda Guerra Mundial la comunidad de Emmaus.
En febrero de 1954, en Radio Luxemburgo, lanzó un llamado en favor de los sin techo que habría de hacerse famoso y que se convirtió en símbolo de un combate por el derecho a la vivienda.
«Â¡Amigos míos, socorro! Una mujer acaba de morir de frío esta noche a las tres», exclamó.
Un combate que duró toda su vida, «indignado» de que haya gente que se vea obligada de dormir en la calle en un país tan rico como Francia.