Los ultranacionalistas lograron el primer lugar en las legislativas en Serbia, colocando a los pro europeos frente a la obligación de superar sus diferencias para conseguir formar un nuevo gobierno.
El Partido Radical (SRS), ultranationalista y refractario a Europa, apareció una vez más como la formación más poderosa de Serbia, con un 28,5% de los votos, según las estimaciones, pero sin poder formar gobierno.
Al mismo tiempo, el Partido Demócrata (DS) del presidente Boris Tadic, claramente pro europeo, con 22,9% duplicó su resultado con respecto a las legislativas de 2003.
En teoría, el DS, el Partido Democrático de Serbia (DSS) del primer ministro Vojislav Kostunica y la formación G-17-Más del ex ministro de Finanzas Mladjan Dinkic, podrían disponer juntos de una cómoda mayoría.
Desde Bruselas, Javier Solana, jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE) para la política exterior, les alentó, y dijo que «espera» siempre «la formación de un gobierno pro europeo y democrático» en Serbia.
Las elecciones del domingo estaban consideradas como determinantes para la integración europea de Serbia, un proceso bloqueado en mayo de 2006 y que sólo podrá reiniciarse si las autoridades serbias consiguen detener al general Ratko Mladic, ex jefe militar de los serbios de Bosnia, acusado de genocidio y crímenes de guerra.
Los «pro europeos ganaron la mayoría», insistió el presidente Tadic, estimando que era «una señal importante que Serbia envía a Europa y al mundo entero».
También propuso la creación de una coalición con el DSS, pero esta oferta podría ir en contra de la ambición del primer ministro saliente, Kostunica, que quiere renovar su mandato.
Según la Constitución, los partidos tienen tres meses para formar el nuevo gobierno y en caso de fracasar se convocaría a nuevas elecciones legislativas.
El tercer interlocutor potencial para una coalición pro-europea, el G17-Más, llamó a un acuerdo.
«Llamamos a los partidos democráticos a delegar sus mejores expertos para que Serbia pueda avanzar. Es nuestra única condicón para entrar en una coalición», dijo el ex ministro de Finanzas Mladjan Dinkic.
El próximo gobierno deberá enfrentar una cuestión de primer orden con la definición de un nuevo estatuto para Kosovo, provincia serbia administrada por la ONU y cuya mayoría albanesa reclama la independencia.
El viernes próximo, el mediador de la ONU Martti Ahtisaari presentará sus proposiciones. Según diversas hipótesis, debería optar por una forma de independencia, solución a la cual el conjunto de la clase política serbia sigue estando decididamente opuesta.
Los cancilleres europeos relativizaron el triunfo de los ultranacionalistas en las legislativas del domingo en Serbia y manifestaron su confianza en la formación de un gobierno pro europeo, en una reunión el lunes en Bruselas centrada además en la crisis nuclear con Irán.
«Que haya sido el partido más votado no quiere decir que haya ganado. Para formar gobierno tiene que tener la mayoría, y la mayoría hoy marca otro camino», señaló el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, al referirse a la situación en Serbia.
«Creo que las fuerzas democráticas son las que han ganado en Serbia, que son las que quieren mirar hacia el futuro, modernizar su país y pasar página a la historia siempre trágica y dramática que ha vivido el pueblo serbio», continuó Moratinos, resumiendo el sentimiento de sus homólogos.