«Yo sí­ puedo» llegará a diez mil beneficiarios


El Embajador Cubano en Guatemala presenta en nuestro paí­s el programa

Con un novedoso método de enseñanza cubano, 10 mil guatemaltecos han aprendido a leer y escribir, poniendo de manifiesto con ello que sí­ es posible una Guatemala sin analfabetismo.

Andrea Orozco
aorozco@lahora.com.gt

El 10 de enero del próximo año es un dí­a esperado por 550 estudiantes del programa cubano denominado «Yo sí­ puedo», pues en esa fecha verán realizados sus sueños y abiertas más oportunidades cuando reciban los diplomas certificado de su aprendizaje.

La sede del acto será San Cristóbal Acasaguatlán, en el departamento de El Progreso; a partir de esa fecha, San Cristóbal será considerado como el primer municipio guatemalteco libre de analfabetismo.

Ese mismo dí­a, los 36 maestros cubanos que participan en el programa habrán finalizado la labor de enseñar, durante dos meses, a casi 10 mil nacionales pertenecientes a 17 de los 22 departamentos del territorio guatemalteco. La proyección de los facilitadores es que el próximo año la cantidad sea superada y que otras cien mil personas aprendan a leer y escribir.

El taller fue desarrollado en la sede de la embajada cubana en Guatemala, y su realización vino a ser parte de la celebración del 48 aniversario de la proclamación de la Isla como territorio libre de analfabetismo.

EL PROGRAMA

«Yo sí­ puedo», es un método de educación cubano desarrollado por Leonela Relys y se utiliza en diferentes partes del mundo, pues ha mostrado gran efectividad. Utilizando esta estrategia, entre 2002 y 2009 se han instruido a cerca de tres millones y medio de personas.

La enseñanza utilizada por los facilitadores inicia en los números, ya que estos son mayormente conocidos por las personas, luego se estudian las letras. Todo lo enseñado tiene estrecha relación con la experiencia de las personas, esto con el fin de facilitarles el aprendizaje.

Se utilizan también los métodos audiovisuales y se cuenta con un facilitador quien, además, debe fungir como un ví­nculo entre la clase audiovisual y el participante, controlar el proceso de aprendizaje y apoyar moralmente al educando, pues no se busca únicamente que una persona aprenda a leer y escribir, sino levantar su autoestima con la seguridad de que alguien se preocupó por enseñarle.

TRES ETAPAS

Este método cubano se desarrolla en tres etapas: la de adiestramiento, la de enseñanza de lecto- escritura y la de consolidación, los que pueden explicarse como escuchar y ver (oí­do y ojo), escuchar y leer (oí­do y libro) y escuchar y escribir (oí­do y lápiz).

Para desarrollarlo existe material especial, tanto para docente como para alumno; el maestro debe utilizar una cartilla, un manual y 17 videos donde se proyectan las 65 clases que deben ser impartidas durante los dos meses de trabajo, aunque el tiempo en que durará la enseñanza no es necesariamente este. Debido a la flexibilidad del taller, el aprendizaje puede extenderse de entre tres meses hasta siete semanas.

De las 65 clases que completan el curso «Yo sí­ puedo», 10 están destinadas a la etapa de adiestramiento, 42 a la de lectura y escritura y 13 a la de consolidación.

El éxito o fracaso de esta forma de educar depende del conocimiento que se tenga sobre los estudiantes, es por ello que se considera fundamental identificar a cada uno de los educandos, sus necesidades, idiosincrasia y el nivel de conocimiento que este posee, pues no todas las personas son analfabetas por completo.

Para conocer a los participantes, se realiza una clasificación de los estudiantes, determinando de esta forma quiénes son iletrados puros (que nunca han ido a la escuela), semiletrados (quienes han ido a la escuela o saben escribir alguna palabra) y los iletrados especiales (personas con necesidades educativas especiales debido a sus limitaciones fí­sicas).

ASí NACIí“ EL PROYECTO

Los inicios de este programa educacional se desarrollaron en Haití­, donde Leonela Relys, junto a otros maestros cubanos, emprendió una campaña de alfabetización por radio para beneficiar a los habitantes de aquel lugar.

Pero, el nacimiento de «Yo sí­ puedo», se reconoce en 2001, año en que el Gobierno cubano encomendó a la educadora la creación de una cartilla de alfabetización que combinara letras y números y que no tuviera una extensión mayor a cinco páginas.

Luego de un mes, Relys tení­a lista su propuesta en donde además se mencionaba una estrategia audiovisual. En 2002 se inició con las grabaciones de los cursos y la preparación de las cartillas.

CIFRAS


25

por ciento

población guatemalteca analfabeta

36

asesores cubanos

participan en el programa de alfabetización

2

meses

duración total del curso %u201CYo sí­ puedo%u201D

10,000

guatemaltecos

han aprendido a leer y escribir durante este año con el método cubano

100,000

personas alfabetizadas

se espera alcanzar en 2010

OPCIONES En Braille


El método cubano también se desarrolla en sistema Braille, además existe uno especial para sordos y para quienes sufren problemas mentales leves.

La visión de la creadora es que pueda ser utilizado en cualquier paí­s del mundo, en especial en paí­ses de Latinoamérica, por lo que fue preparado para poder ser adaptado a diferentes estratos y traducido a cualquier idioma o lengua.