La existencia del optimista y el entusiasta es bella, pero la del que ama es más que hermosa. A diferencia de tus discursos de bondad y positivismo, tus buenas acciones son admirables y convincentes. Cada dí­a es una oportunidad que se te da para que seas mejor y más feliz que ayer. Tu corazón se llena de satisfacción, cuando realizas tus tareas de forma rápida y bien hecha. Dichoso es quien al final de un dí­a se da cuenta de que amó a su prójimo y no se dejó doblegar por la adversidad. La vida es un don que Dios nos concedió para que podamos disfrutar de los encantos de su creación.