Por lo menos cuatro colonias de la zona 6 se han convertido en «puntos críticos» debido a la presencia de grupos de distribución de droga que ofrecen narcóticos, principalmente a la juventud y niñez, quienes en algunos casos son obligados a participar en actos ilícitos.
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Vecinos de estos sectores afirman que la presencia de estas personas provoca temor e inseguridad, porque desde que llegaron han acaparado lugares como Jocotales, el Barrio San Antonio, Santa Luisa y El Quintanal, robando la paz que mantenían antes.
Los narcomenudistas en su mayoría son jóvenes, se transportan en bicicletas y se dedican a ofrecer y entregar la droga a los consumidores. Se sabe que, en algunos casos, estos son adictos a las drogas y de esta forma pagan su adicción.
Los distribuidores buscan a la niñez y juventud para involucrarlas en estos hechos ilícitos; las cercanías de los parques, las afueras de centros de educación y las esquinas, son los puntos de hostigamiento.
Según una fuente que reside en la colonia Santa Luisa, se llega al punto de que estas personas agreden física y verbalmente al niño o joven que se niegue a convertirse en adicto o a entregar paquetes con droga.
Los vecinos del sector, pese a que observan estas anomalías prefieren guardar silencio para evitar represalias, porque estos grupos son liderados por miembros del crimen organizado.
Sin embargo, los afectados se encuentran preocupados por los niños y jóvenes que son presa fácil, quienes en algunos casos callan por temor, pero en otros se hacen dependientes a las drogas y buscan encontrar beneficios económicos.
De acuerdo con Sergio Limatú, educador del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades) y residente de una colonia de la zona 6, se comenta de estos hechos, pero rara vez se interpone una denuncia formal para enfrentar el problema.
A decir del joven, esto se debe a la falta de confianza en la propia familia, en el entorno en el que se vive y en las fuerzas de seguridad. Sin embargo, Limatú destaca que la División de Prevención del Delito de la Policía Nacional Civil (PNC) está anuente a apoyar en estos casos.
El educador indica que el problema de las drogas y armas es latente en estos lugares y el mismo entorno violento agudiza la situación para los afectados que residen en dichas colonias.
Por su parte, el oficial Néstor Ismael Diéguez, de Prevención del Delito, insta a los vecinos, a la niñez y juventud a acercarse a la institución policíaca, ya sea en esta unidad o en la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC) para que se les apoye en lo que sea necesario.
Asimismo, el jefe policial, dice que para denunciar estos hechos, no es necesario identificarse, ya que la denuncia puede ser anónima para procurar el resguardo del afectado y puede realizarse al 110 o al 1510 del programa Escuelas Seguras, o bien por medio de una visita en esa división, que está ubicada en la Dirección General de la PNC en la 10ª. calle 13-92 zona 1.
El oficial hace un llamado a perder el miedo y confiar en la institución para buscar mecanismos que permitan erradicar el problema, porque si no se tiene detalles de la información es más complicado resolverlo.
A los niños y jóvenes se les recomienda acercarse a una persona o vecino de confianza para solicitar apoyo, buscar a las fuerzas de seguridad y no permitir que esta gente los intimide, asimismo, acudir a la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) para que pueda intervenir.