El menú de malas noticias que tenemos los guatemaltecos todos los días alimenta en abundancia la desesperación que sufre el pueblo. Los 3 poderes robando a manos llenas, la señora desfalcando a la Nación, el Presidente disfuncional al completo, el Congreso robando a manos llenas, alborotado por falta de gato.  Esto lo digo por aquello de que «cuando el gato se ausenta los ratones se alborotan». Dicho sea de paso, en ese Congreso hace muchas lunas que no existe ningún gato. Y el poder judicial enviando coches al hospital… Peor, imposible.
La pregunta del millón es: ¿Hasta cuándo? Sí, señor, a usted le hablo. ¿Hasta cuándo seguirá permitiendo el pueblo guatemalteco que esto siga ocurriendo a plena luz del día? Porque estos robos tienen nombres y apellidos. ¡Y aun así! De sinvergí¼enzas nos quedamos con la cara en el mismo lugar. ¿A qué esperamos? ¿A la invasión de la propiedad privada? ¡Alerta, señores dormilones…! No dejemos que les quiten el pan de la boca a nuestros hijos. Defendamos lo nuestro. Porque los gubernamentalistas nos dejan en calzoncillos. Con el cuento de regalarles menudos a los pobres. Porque las pechugas se las comen las Torres. ¡No tengamos miedo! No estamos solos. Vean a Honduras, salió adelante sin la intervención de Insulza. Dios y alguien más nos ayudarán en el camino. ¡Pero empecemos a caminar?!