El deleite de vivir


La lluvia golpeaba incesantemente la ventana de la habitación de Andrea Lara, en esa tarde de agosto.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Ella escuchaba tranquilamente el sonido de los truenos, mientras leí­a unos poemas que habí­a escrito recientemente.

Minutos más tarde, entró una enfermera que iba a darle los alimentos y a administrarle una dosis de medicamento.

A pesar de toda esa rutina de inyecciones, tratamientos dolorosos y comida distinta, ella disfrutaba de su existencia.

Y es que, aunque el sida la habí­a condenado a vivir unas cuantas semanas más, Andrea estaba segura de que lo importante no era el tiempo que le quedaba, sino la manera en que lo aprovecharí­a.

FELICIDAD ES GOZAR CADA INSTANTE.