Impulsan un comercio del tipo Sur-Sur con corte tarifario


Un activista se pronuncia en contra de la sesión de la OMC, en Ginebra, Suiza, y exige que se respete el derecho a la alimentación, el cual podrí­a ser afectado por polí­ticas proteccionistas comerciales. FOTO LA HORA: AFP FABRICE COFFRINI

Veintidós paí­ses emergentes y en desarrollo, entre ellos siete latinoamericanos, acordaron el miércoles en Ginebra un recorte de aranceles en su comercio, en una «muestra del compromiso» del Sur para sacar adelante las negociaciones de la Ronda de Doha de la OMC.


«Este es un paso muy importante en la cooperación Sur-Sur», dijo el canciller argentino Jorge Taiana, presidente del grupo, al anunciar el acuerdo en una conferencia de prensa en la jornada de cierre de la gran ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Según el compromiso alcanzado, los 22 paí­ses en cuestión recortarán al menos en un 20% sus aranceles para un mí­nimo del 70% de los productos que comercian entre sí­, en el marco del Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Paí­ses en Desarrollo (SGPC).

Los firmantes son Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, México, Uruguay, Cuba, Egipto, India, Corea del Sur, Corea del Norte, Argelia, Irán, Marruecos, Tailandia, Sri Lanka, Vietnam, Zimbabue, Malasia, Indonesia, Nigeria y Pakistán.

El acuerdo forma parte de las negociaciones de la Ronda de San Pablo de la liberalización de intercambios comerciales Sur-Sur lanzadas en 2004, que los paí­ses firmantes pretenden finalizar en septiembre de 2010.

Según el director de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Supachai Panitchpakdi, el compromiso sellado el miércoles en Ginebra deberí­a aumentar en 8.000 millones de dólares el comercio entre estos paí­ses.

«El recorte del 20% en los aranceles podrí­a llevar a 8.000 millones de dólares más de comercio entre estos paí­ses. Además, puede crear efectos multiplicadores» en otras áreas, explicó el responsable de la UNCTAD.

Para los paí­ses firmantes, el acuerdo es una señal para la estancada Ronda de Doha de la OMC, lanzada en 2001 con la pretensión de concluirla en 2005, y que el mundo en desarrollo quiere cerrar en 2010 para poner fin así­ a años de infructuosas negociaciones.

«Esto muestra que el problema en las negociaciones de liberalización del comercio no son los paí­ses en desarrollo. Podemos alcanzar acuerdo, podemos trabajar juntos. El problema no está de nuestro lado», afirmó en ese sentido Taiana.

El canciller brasileño, Celso Amorim, señaló que el comercio Sur-Sur «es una buena respuesta, aunque no la única, para salir de la crisis», y no quiso comparar el acuerdo alcanzado entre «paí­ses al mismo nivel» de desarrollo con las negociaciones de Doha, que involucran también a las naciones más ricas.

Para el ministro indio de Comercio, Anand Sharma, el acuerdo «demuestra el compromiso de los paí­ses del Sur» con el comercio multilateral.

El camino del SGPC del comenzó en México en 1976 cuando un grupo de 77 naciones articuló el establecimiento de un Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Paí­ses en Desarrollo.

Tras varias reuniones a principios de los años 80, 43 paí­ses en desarrollo adoptaron en 1988 en Belgrado el acuerdo definitivo, que entró en vigencia al año siguiente.

En junio de 2004, en San Pablo, los ministros de 22 paí­ses lanzaron la tercera ronda de negociaciones, actualmente en desarrollo, y a la cual «se pueden sumar» otras naciones, como explicó Taiana.

DOHA Cierra reunión


La Organización Mundial del Comercio (OMC) cierra el miércoles su gran ministerial en Ginebra bajo la presión de los paí­ses en desarrollo para sacar de la parálisis la Ronda de Doha y llegar a un acuerdo en 2010, pero sin compromisos sustanciales de Estados Unidos.

En una «muestra del compromiso» del Sur con la Ronda de Doha, lanzada en 2001 con la pretensión de concluirla en 2005, veintidós paí­ses emergentes y en desarrollo, entre ellos siete latinoamericanos (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, México y Cuba), acordaron un recorte de aranceles en su comercio.

«Esto muestra que el problema en las negociaciones de liberalización del comercio no son los paí­ses en desarrollo. Podemos alcanzar acuerdo, podemos trabajar juntos. El problema no está de nuestro lado», afirmó el canciller argentino, Jorge Taiana.

Para el ministro indio de Comercio, Anand Sharma, el acuerdo es una señal del «compromiso de los paí­ses del Sur» con el comercio multilateral.

Según el compromiso alcanzado, los 22 paí­ses en cuestión recortarán al menos en un 20% sus aranceles para un mí­nimo del 70% de los productos que comercian entre sí­, en el marco del Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Paí­ses en Desarrollo (SGPC).

«Â¿Quién hubierse creí­do que un buen número de paí­ses reticentes en el momento de la Ronda de Doha en 2001 estarí­an hoy en dí­a impacientes por concluirla?», afirmó el director general de la OMC, Pascal Lamy, en su sitio internet, al referirse a un «cambio de posiciones» que lo sorprende.

«Escuchar a los paí­ses en desarrollo preconizar la conclusión de un acuerdo es una bocanada de aire fresco, revigorizante como una mañana de principios de diciembre en Ginebra», agregó.

Otros miembros de la OMC, liderados por Japón, pidieron el martes acelerar un acuerdo para liberalizar el comercio de bienes y servicios ecológicos, lo que a su entender podrí­a facilitar las hasta ahora infructuosas negociaciones de Doha.

Sin embargo, todas estas iniciativas chocan por ahora con la posición de Estados Unidos, cuyo representante de Comercio, Ron Kirk, afirmó el lunes que su paí­s estaba listo para la «fase final» de Doha, aunque exigiendo a cambio una mayor apertura de los paí­ses emergentes, como Brasil.

«No hay señales hoy en dí­a que muestren que los norteamericanos estén listos para avanzar», indicó el miércoles un negociador europeo que no quiso revelar su identidad.

Fuentes diplomáticas latinoamericanas habí­an señalado antes que el discurso de Estados Unidos «fue el esperado», en cuanto a que la posición norteamericana «no es la buena».

La conclusión de Doha podrí­a aportar hasta 700.000 millones de dólares a la economí­a global, que se debate por salir de la crisis, gracias al levantamiento de las barreras arancelarias de miles de productos y el fin a las subvenciones agrí­colas de Europa y Estados Unidos.

Durante los tres dí­as de debates en Ginebra, los ministros pasaron revista en manera informal a diversos temas como el futuro papel de la OMC, la lucha contra el cambio climático, la necesidad de contrarrestar los efectos negativos de la crisis económica y litigios como la guerra del banano.