El domingo 29 de noviembre del año 2009 es un día que ha quedado registrado con un especial significado en la historia política de América Latina, pues es la fecha en que en un país se efectuaron elecciones dentro de un marco totalmente democrático y en otro, se montó un circo con fachada electoral para tratar de legalizar un golpe de Estado.
El primer caso, es el de Uruguay en donde el líder político de izquierda José «Pepe» Mujica triunfó en la segunda vuelta electoral convirtiéndose en el nuevo Presidente de ese país sudamericano que ha tenido una larga tradición democrática, con excepción de la etapa obscura de la dictadura que predominó por algunos años durante la década de 1970.
Los despachos de las agencias internacionales de noticias son coincidentes en el sentido que las elecciones se transformaron en una verdadera fiesta cívica, destacando la postura del candidato de la derecha Luis Ernesto Lacalle quien con mucha hidalguía elogió la fortaleza del sistema democrático reconociendo la victoria de su adversario.
El segundo caso, es el de la «payasada electoral» realizada en Honduras bajo una dictadura para legitimar y ocultar los verdaderos motivos del golpe de Estado mediante el cual la oligarquía de ese país con el apoyo de los círculos de la ultraderecha de Estados Unidos, derrocó al legítimo presidente Manuel Zelaya.
La farsa fue fraudulenta desde sus inicios, en una atmósfera marcada por allanamientos de organizaciones sociales, presos políticos, muertos, desapariciones, cierre de radioemisoras y atropellos constantes a los derechos humanos. El mismo día de las elecciones la policía y los militares llevaron a cabo una brutal represión en San Pedro Sula para acallar a los ciudadanos que protestaban en contra de ese circo electoral.
La agencia argentina de prensa ARGENPRESS dio a conocer que el gobierno de facto llevó militantes de un partido derechista de El Salvador a votar en Honduras. Además se desapareció la tinta indeleble de muchos recintos electorales, por lo que una persona podía votar varias veces en diferentes mesas. El Tribunal Electoral extendió el horario de los comicios en su desesperación por la falta de concurrencia de electores.
El periodista Jorge Jiménez, enviado del noticiero Noti7 de la televisión de Guatemala, confirmó la noche del domingo que hubo escasa participación de los ciudadanos y que en diversos centros de votación apenas si había cinco o seis personas ejerciendo el derecho del sufragio. Organizaciones de Derechos Humanos señalaron que en algunos de esos lugares había más policías y militares que electores. La abstención electoral fue un fuerte revés para los golpistas.