Honduras inició hoy silencio electoral, cinco días antes de la elección general que cuenta con el beneplácito de Estados Unidos y la oposición de la mayoría de los países latinoamericanos, con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a la cabeza.
Desde la medianoche de hoy y hasta el domingo, los candidatos, dirigentes y líderes de los partidos políticos solo podrán hacer uso de los medios de comunicación para explicar sus programas de gobierno, según la ley electoral.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti y los dos candidatos con mayores posibilidades – Porfirio Lobo, del Partido Nacional (PN, derecha), y Alvin Santos, del Partido Liberal (PL, derecha), esperan que estas elecciones sirvan para pasar página y poner fin a la crisis política surgida tras el golpe de Estado del 28 de junio contra el presidente constitucional Manuel Zelaya.
Zelaya se encuentra refugiado en la embajada de Brasil desde el 21 de septiembre, tras entrar clandestinamente en el país.
Los tres magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) han convocado a 4,5 millones de electores a votar por cinco partidos, los dos mayoritarios de derecha, dos centristas y uno de izquierda.
En Estados Unidos, los hondureños emigrados podrán votar en Washington, Nueva York, New Orleans, Houston, Miami y Los Angeles, donde esperan 2 mil electores en cada ciudad.
El TSE ha emitido 14 millones de papeletas de voto para elegir presidente y tres designados (vicepresidentes), 128 diputados y 20 del Parlamento Centroamericano con sus suplentes y alcaldías de 298 municipios que desde el lunes están siendo distribuidas a 15.295 mesas receptoras instaladas en 298 municipios de los 18 departamentos del país (112.492 km2).
A las 13:00 horas abrirán las urnas y cerrarán a las 01:00 horas del lunes.
Para el sistema de Transmisión de Resultados (TREP), el TSE compró 20 mil teléfonos celulares a través de los cuales se enviarán los datos de los resultados a 300 computadoras ubicadas en un hotel de Tegucigalpa.
Los hondureños elegirán al 96 inquilino de la Casa Presidencial, desde que Donicio de Herrera asumió la presidencia en 1824, tras la independencia de México, luego de la firma del acta de independencia, el 15 de septiembre de 1821, con España.
Unos 350 observadores internacionales garantizarán la transparencia de este proceso electoral, convocado mucho antes del golpe de Estado. Entre ellos se ha anunciado la presencia de personalidades como los ex presidentes peruano Alejandro Toledo y salvadoreño Francisco Flores, según el TSE.
La mayoría de los países latinoamericanos, con excepción de Estados Unidos, Colombia y Panamá, no reconocerán estos comicios.
La Organización de Estados Americanos (OEA) sesionó el lunes sin alcanzar una postura común frente a las elecciones.
Sin embargo, el flamante vicesecretario de Estados Unidos para América Latina, Arturo Valenzuela, aseguró que las elecciones del 29 de noviembre son «consonantes con el mandato constitucional de renovar el mandato presidencial y el de los congresistas».
«Recurriremos a observadores internacionales de la sociedad civil y a nuestra propia observación para determinar si estas elecciones alcanzan los parámetros internacionales», dijo.
No obstante, Valenzuela destacó que las elecciones son «una condición necesaria» pero no «suficiente» para restaurar el orden constitucional.
«Para que eso ocurra, las partes deben implementar en su totalidad el acuerdo Tegucigalpa-San José», recordó el recién investido vicesecretario.
Dicho acuerdo establece, aparte de la celebración de las elecciones, la creación de un gobierno de unidad nacional y que el Congreso decida sobre el retorno al poder de Zelaya.