Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Â integrada por 193 países, se reunió en la tercera semana del mes con la presencia de 60 jefes de Estado para discutir y buscar acuerdos encaminados a erradicar el hambre, causa de la desnutrición, motivada por la inseguridad alimentaria.
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Inició ese importantísimo evento su Santidad el Papa Benedicto XVI, quien, ante la presencia de estos gobernantes, en una intervención firme y directa expresó: «El desarrollo de la agricultura y la seguridad alimentaria siguen siendo objetivos prioritarios de la acción política internacional.
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Las estadísticas demuestran un incremento dramático del número de personas que sufren el hambre y a esto contribuye el aumento de los precios de los productos alimentarios, la disminución de las posibilidades económicas de las poblaciones más pobres, y el acceso restringido al mercado y a los alimentos. Y todo esto mientras se confirma que la tierra puede nutrir suficientemente a todos sus habitantes. No hay una relación de causa-efecto entre el crecimiento de la población y el hambre, lo cual se confirma por la deplorable destrucción de excedentes alimentarios en función del lucro económico.
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En la encíclica Caritas en veritate he señalado que el hambre no depende tanto de la escasez material, cuanto de la insuficiencia de recursos sociales. Es decir, falta un sistema de instituciones económicas capaces, tanto de asegurar que se tenga acceso al agua y a la comida de manera regular y adecuada desde el punto de vista nutricional, como de afrontar las exigencias relacionadas con las necesidades primarias y con las emergencias de crisis alimentarias reales».
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Agregó, estando presente el secretario general de Naciones Unidas y el director general de la FAO: «Hay que oponerse igualmente al recurso de ciertas formas de subvenciones que perturban gravemente el sector agrícola, la persistencia de modelos alimentarios orientados al mero consumo y que se ven privados en una perspectiva más amplia, así como egoísmo, que permite a la especulación entrar incluso en los mercados de los cereales tratando en los alimentos con el mismo criterio que cualquier otra mercancía».
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Dijo también: «La convocatoria de esta cumbre es un testimonio de la debilidad de los actuales mecanismos de la seguridad alimentaria y la necesidad de una revisión de los mismos. El concepto de cooperación debe ser coherente con el principio de subsidiaridad, porque el desarrollo humano integral requiere decisiones responsables por parte de todos, la comunidad internacional tiene el deber de participar con los instrumentos de cooperación, sintiéndose corresponsable de su desarrollo. Dentro de ese contexto de responsabilidad está el derecho de cada país a definir su propio modelo económico, la vía solidaria para el desarrollo de los países pobres puede llegar a ser también una vía de solución para la actual crisis global».
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Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva manifestó: «Se necesita voluntad y determinación política para combatir el hambre en el mundo», señalando la experiencia exitosa de su país como el programa «Hambre cero». La presidenta de Chile, Michelle Bachelet señaló que es clave que se combata la inequidad social causa del hambre y la pobreza que padece el mundo.
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En Guatemala, país que ocupa tristemente el primer lugar en desnutrición y hambre y el sexto a nivel mundial, preguntémonos ¿qué hacen al respecto quienes concentran los recursos? ¿Cuál es nuestra actitud y obligación?