La luz sensible de Byron Mármol


Byron Mármol, un joven fotógrafo guatemalteco, es de los artistas visuales que empiezan a destacar en la escena nacional por sus propuestas renovadas, serias y definidas, asume su arte como un oficio necesario, actualmente forma parte del colectivo Proyectos Ultravioleta.

Mariano Cantoral

Byron Mármol centra su idea visual en lo que puede ser catalogado un arte fotográfico neohomí­nido y antropozoico, la gráfica complejidad existencial de ser humano esquizoide (o que parece ser el esquizoide que todos somos), perturbado y perturbador, indócil, revoltoso, turbulento, desde ese intención conceptual, captura con una imagen mucho más de lo que pudiera explorarse en un laboratorio antropológico con palabras y teorí­as trasnochadas.

La fotografí­a de Byron Mármol es una jaula repleta de imaginarios sociales y colectivos de hallazgo y tropiezo cotidiano como lo puede ser un indigente, un merolico, un vagabundo, un enfermo hospitalizado, un entacuchado, una marcha civil, etcétera; apresa con su arma-cámara el espectro visible al presionar el botón con su bien lograda técnica, a pesar de estar influenciado por las herramientas que ofrece la era tecnológica mecánica y sus intrí­nsicos gadgets, su arte vale por el concepto personal, significación social y noción visual de una realidad.

Byron no busca fabricar mundos fantásticos ni recrear una utopí­a temporal ni espacial, sino más bien estatizar a través de su lente lo que los espacios abiertos muestran y demuestran en su ser, en su naturalidad y su no-belleza.

Mármol escapa de los trucos que suponen las superficialidades llenas de colores «sin gracia» para lograr desde algo más bien evidente la no-belleza y su simbolismo fundamental para entender cada una de nuestras verdades, realidades y reliquias urbanas.

Las teorí­as fí­sicas de las ondas de la luz salen sobrando acá, lo que vale es lo vital que una obra de arte puede transmitirnos, las palabras que podamos intuir desde sus pixeles, su atómica naturaleza y su filosófica proyección racional.

Se trata de detener los fenómenos ópticos con una «simple» cámara fotográfica, aparato ninguneado como herramienta de arte debido a la decadente apreciación de lo artí­stico en nuestro medio, pero trascendental dentro de la dialéctica histórica universal, producto de las fantasí­as humanas afanosas de no dejar que los recuerdos poco a poco se conviertan en ví­ctimas de una retentiva atrofiada, sino el poder de inmovilizarlos, repasarlos en su estática, resucitarlos y recrearlos directamente con la observación.

Reflexivo, Byron Mármol asume su posición de artista de la manera menos mediática posible, la fotografí­a como un oficio cuasi lí­rico, constante, evolutivo y de acción incesante.

La refracción y otras bromas de la luminiscencia, del color, de las figuras, son factores, sólo factores dentro de ese pequeño gran mundo de la fotografí­a que empieza a descollar en nuestro medio, gracias al empeño, dedicación y coraje (porque vaya que requiere valentí­a ser artista acá) de artistas como Byron Mármol quien actualmente forma parte del colectivo visual de artistas Proyectos Ultravioleta, un espacio abierto de expresión visual-gráfica-tridimensional y del cual es co-fundador junto a Stefan Benchoam, Juan Brenner y Rodrigo Fernández.

El arte revitaliza, reanima, reactiva funciones sensoriales y fisiológicas adormecidas y angustiadas por los agravios sociales (lato sensu) que nos mantienen en vilo y riesgo constante, para eso sirve el arte, precisamente, para permitirnos lograr el escape espiritual y de paso el corporal, para dinamizar, soportar y lograr la supervivencia, esquivando la asmática rutina, sus ritos y sus hí­bridos tedios.

Confieso que no sé acerca de milí­metros ni de marcas ni de procesos quí­micos ni de sensores eléctricos, pero sí­ sé que la fotografí­a como arte es junto a las demás disciplinas el espí­ritu de los pueblos, el diesel que nos mantiene equilibrados o desquiciados al punto de lograr la cordura necesaria.

El arte debe dejar de ser visto como el ejercicio ideológico de los ociosos, y debe ser asumido como parte integral y toral en el rumbo existencial, como lo que humaniza, racionaliza y contribuye al perfeccionamiento material y mí­stico de las naciones (que es un concepto por demás polí­tico pero ineludible).

Byron Mármol ha participado con su obra en distintas muestras colectivas y exposiciones, ha colaborado con sus imágenes para distintos medios y últimamente ha asumido un papel pro activo en la promoción mediante Proyectos Ultravioleta, citado con antelación, el cual se vislumbra como un espacio significativo de catarsis para artistas que andan en la búsqueda del punto de encuentro dónde surcar con su obra y marcar.

En Internet


http://www.proyectosultravioleta.com/

http://tenisocomp.blogspot.com/