La designación de Ashton, de 53 años, debería sorprender en Gran Bretaña, donde su carrera ha sido tan meteórica como discreta.
Su rostro es más familiar en Bruselas, donde sucedió hábilmente a Peter Mandelson en el puesto de comisario europeo de Comercio, cuando éste decidió regresar al gobierno británico en 2008.
A quienes le reprochan su falta de experiencia diplomática, Ashton señaló: «He viajado a través de Europa en tanto que ministra británica de Justicia» y «siempre he sido una negociadora».
En un año en la Comisión Europea, Ashton ha logrado algunos resultados destacables. «Ha encontrado una solución al conflicto de la carne de buey con hormonas con Estados Unidos, concluyó un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur y normalizó las relaciones con los Estados ACP (ífrica, Caribe, Pacífico)», resume uno de sus allegados.
Y ha negociado un acuerdo, que está a punto de cerrarse, con los países latinoamericanos para poner fin al largo diferendo sobre los aranceles que Bruselas aplica a la importación de banano.
«Júzguenme por lo que haga», pidió Ashton, que según una de sus colegas comisarias «no tiene experiencia en política exterior» pero «es una mujer capaz que aprende rápido».
El primer ministro británico, Gordon Brown, la calificó de mujer política «muy experimentada», comisaria política «muy eficaz», que le permitirá a Gran Bretaña permanecer en el «corazón de Europa».
La nueva jefa de la diplomacia europea, nacida en Upholland (noreste de Inglaterra) y licenciada en Economía por la Universidad de Londres, tiene ante sí el reto más grande de su carrera.
Cuando finalizó sus estudios, Ashton trabajó para grupos de presión y luego dirigió seis años una obra benéfica del príncipe Carlos, Business in the Community, destinada a movilizar a las empresas para acciones sociales.
También presidió la agencia sanitaria del condado inglés de Hertford entre 1998 y 2001.
En 1999, fue ennoblecida a petición del partido laborista y entró en la Cámara de los Lores, la cámara alta del parlamento cuyos miembros no son electos, como Baronesa Ashton de Upholland.
Dos años más tarde, se convirtió en secretaria de Estado de Educación, antes de ocupar cargos similares en las carteras de Asuntos Constitucionales y Justicia.
A su llegada a Downing Street en 2007, el primer ministro Gordon Brown la nombró Líder de los Lores, es decir persona encargada de facilitar la adopción de proyectos de ley gubernamentales en la Cámara de los Lores.
Algunos observadores fruncieron el ceño tras este anuncio, y muchos se preguntaron quién era.
Una de sus tareas en el cargo consistió en garantizar la ratificación parlamentaria del Tratado de Lisboa, que crea el cargo que ahora va a ostentar.
Cuando Mandelson abandonó la Comisión Europea, la prensa publicó que le pidieron a Brown que nombrara a una mujer por razones de paridad.
El primer ministro, por detrás de los conservadores en los sondeos, no deseaba nombrar a un diputado cuya marcha hubiera provocado una elección parcial y posiblemente una derrota, por lo que recurrió a Ashton, según el diario The Times.
La Baronesa Ashton está casada con Peter Kellner, un comentarista político y presidente del instituto de sondeos YouGov, con quien tiene dos hijos, que se suman a los tres que ya tenía él.