Un total de 65 estudiantes, profesores y empleados de la universidad de Mustansiriya, en el este de Bagdad, fallecieron hoy al mediodía en un doble atentado que dejó además 138 heridos, según un nuevo balance de los servicios de seguridad.
Un kamikaze se hizo explotar al mediodía ante la entrada secundaria de la universidad de Mustansiriya cuando los estudiantes abandonaban el centro universitario, indicó una fuente de seguridad
Unos instantes más tarde, un coche bomba estallaba ante la entrada principal, a una decena de metros del lugar del primer atentado.
Un total de 65 personas fallecieron y 138 resultaron heridas, en su gran mayoría estudiantes, puntualizó la fuente.
Decenas de cuerpos cubrían la calle, constató un periodista de la AFP que llegó al lugar de los hechos tras la explosión. Tres camionetas cargadas de cadáveres abandonaron el lugar. Un balance anterior señalaba que al menos 60 personas habían muerto.
El jefe de la diplomacia saudí Saud Al Fayzal dio el martes un apoyo prudente a la nueva estrategia estadounidense en Irak tras su encuentro con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que busca una contribución árabe a los esfuerzos de su país para reconciliar a los iraquíes.
«Estamos de acuerdo con los objetivos» del plan del presidente George W. Bush para Irak, declaró el príncipe Saud Al Fayzal en una conferencia de prensa con Rice en Riad.
Pero el saudí fue más prudente en cuanto a la aplicación del mismo. «No opinamos sobre los medios con los que se aplicará (el plan). Esperamos que se logren los objetivos, pero los medios no están en nuestras manos. Están en las manos de los iraquíes», comentó.
Además, espera que la nueva medida contribuya a «enmendar la Constitución iraquí para asegurar la participación de todos los componentes del pueblo iraquí en el proceso político».
Adoptada en octubre de 2005, la carta magna implanta el federalismo, al que son hostiles los árabes sunitas por temor a encontrarse aislados en un Estado al centro-oeste del país desprovisto de recursos naturales, mientras que los chiitas del sur y los kurdos del norte se repartirían las ganancias del petróleo.
La secretaria de Estado norteamericana felicitó a Arabia Saudí por su papel en una «reconciliación nacional» en Irak y se mostró favorable a que los países árabes se comprometan a unificar a los iraquíes.
«Si la Liga Arabe está dispuesta a ir hacia adelante en la conferencia de reconciliación, será muy útil para los iraquíes», dijo Rice, quien viajó luego a Kuwait, donde se encontrará con algunos de sus homólogos árabes en una búsqueda de consenso para la nueva estrategia en Irak.
«Admito que sería muy útil reforzar Irak en el mundo árabe a partir de una iniciativa árabe», añadió Rice antes de partir, interrogada sobre el papel de los países vecinos en Irak.
Su homólogo saudí, cuyo país acogerá los 28 y 29 de marzo en Riad la cumbre árabe anual con la ambición de «unificar los rangos» árages, deseó «una vuelta a la conferencia de reconciliación nacional iraquí, a iniciativa de la Liga Arabe».
En diciembre de 2006, el ministro de Relaciones Exteriores Hoshyar Zebari pidió en El Cairo lanzar nuevamente la iniciativa de reconciliación entre iraquíes bajo la égida de la organización panárabe.
Rice llegó a la rica monarquía petrolera, cercana aliada de Washington, desde Egipto. Inició su periplo el sábado y desde entonces se ha entrevistado con varios dirigentes: el primer ministro israelí, Ehud Olmert, el líder palestino, Mahumd Abas, el rey jordano, Abdalá II, y el presidente egipcio, Hosni Mubarak.