¿QUí‰ TIPO TENDREMOS…? I de II


Al leer periódicos y escuchar noticias, cada dí­a hay reportajes acerca de personas en edad temprana hasta edades avanzadas que realmente son preocupantes. Hace unos dí­as me contaron de adultos que están poniendo a niños menores de 10 años de edad a pelear como si fueran perros de pelea, donde los observadores apuestan a un espectáculo de entretenimiento durante el fin de semana o asisten a un evento deportivo degenerado. Los valores y la moral de algunos miembros de la sociedad han desaparecido y su comportamiento es verdaderamente perverso. Para completar el tí­tulo de este artí­culo, pregunto: ¿Qué tipo de ciudadano tendremos en 25 años, si seguimos comportamientos como éste?

Raymond J. Wennier

Me preocupa sobremanera ver que el í­ndice de desnutrición sigue aumentando. Los municipios del «Corredor Seco» y sus habitantes, no son los únicos que padecen este mal. Lo preocupante es que en esos lugares sigan «encontrando más niños sufriendo la desnutrición crónica» como si no los habí­an visto antes o nunca supieron de su existencia. Con la estadí­stica del 49.3% de la población menor de 5 años padeciendo este mal, ¿qué podemos esperar de su crecimiento fí­sico-mental y de su posibilidad de aprender en el futuro? Estamos hablando que casi la mitad de la población de niños que nacen, lo hacen con una marcada desventaja para ellos, peor aun, una enorme desventaja para el paí­s. Los números reales nos llevan a otra de las posibles situaciones que de continuar, nos vuelve a la pregunta original: ¿Qué tipo de ciudadano tendremos en 25 años? El número de niñas adolescentes, a veces de 10 años de edad, que se convierten en madres solteras, va en aumento. En siete meses de este año, se han dado 22,704 partos en adolescentes de 10 a 19 años de edad. Me pregunto si esas niñas tuvieron todo el cuidado necesario en el preparto y si también estos niños recién nacidos han nacido con la desventaja de la desnutrición cuyo resultado se verá años después. Según estudios publicados, las niñas-madres-adolescentes, son condenadas a una vida de pobreza por no poder estudiar y mejorar su educación para optar a un trabajo mejor remunerado, no pueden hacer frente a los gastos económicos que representa una carga familiar (bebé) y normalmente tienen que enfrentar esta situación, solas, porque no existe la paternidad responsable. ¿Qué estarán haciendo, en 25 años, esas madres y esos niños? ¿Qué lugar ocuparán en la sociedad? La siguiente preocupación es una familia unida o una familia desintegrada, de aquí­ a 25 años. No tengo datos para apoyar mi opinión en este momento, pero estoy seguro que la desintegración familiar va en aumento. La violencia intrafamiliar aumenta. El Programa PROPEVI, de la SOSEP primero y de la SBS (2004 a 2007) después, tuvo que establecer varios hogares secretos, en la capital y en algunos departamentos, para que las mujeres maltratadas y sus hijos tuvieran donde escapar de sus hogares y huir de los golpes de sus maridos violentos y porque sus fuerzas ya no daban para «aguantar» más. Los sociólogos han tenido que redefinir los conceptos de «familia». Antes era el cí­rculo de madre, padre e hijos, con abuelos, tí­os, etc. La familia extendida. Ahora, hay algo como 20 y pico de formas diferentes de definir el significado de familia. A veces es muy difí­cil explicar a los niños ese «significado» y satisfacer su curiosidad, cuando ven ejemplos de otras formas de familia y no reciben una explicación que entiendan. El caso de familias desintegradas por la falta de responsabilidad paterna, que por cierto parece ir en aumento y escuchamos que la mujer y los niños han sido abandonados, que el hombre «tiene dos familias» (casos que se dan en el campo y en la ciudad), es la siguiente situación posible.

El trabajo infantil ha sido y es aun, un problema para la sociedad guatemalteca. No es sólo para los niños sin padres sino también para las familias pobres en las que los niños ayudan a sus padres a ganar un poco más. Esta situación no es de ahora, es de hace mucho rato y se vislumbra que permanezca por otros 25 años. Los niños que están en las esquinas pidiendo limosna, los «payasos», los niños pica piedra utilizando martillos pesados o los niños cercanos a la ciudad arriesgando su vida elaborando cohetillos, los niños vendedores ambulantes y los lustradores de zapatos que caminan ¿cuántos? kilómetros diarios ofreciendo su trabajo por unos quetzalitos. Todo esto es pobreza y están desperdiciando sus mejores años para educarse y formar su carácter. Ante esta situación ¿Qué tipo de ciudadanos tendremos en Guatemala en 25 años? Es tiempo de actuar. ¿Qué propone hacer usted, estimado lector para dar solución a este problema? Continuará

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