Un análisis posterior a la situación en Sri Lanka


Mi buen amigo de Sri Lanka, Indika Perera, activista y lí­der de una organización que trabaja por la paz y la reconciliación entre tamiles y cingaleses, y a quien tuve la oportunidad de conocer en la Universidad de Uppsala, en Suecia, me comenta algunos elementos interesantes que quisiera poner en perspectiva y que nos ayuden a comprender de mejor forma qué sucede en otrora Ceilán, ex colonia holandesa y portuguesa, de allí­ el apellido de Indika.

Lic. Carlos Escobedo

Desde su formación como Estado, Sri Lanka y los tamiles, oprimidos durante años y marginados por las leyes elaboradas por la mayorí­a cingalesa, mantení­an una lucha encarnizada por la independencia de los territorios del norte y este de la isla, esta situación parece haber cambiado debido a la promocionada victoria a nivel internacional por parte del Gobierno de Chandrika Bandaranaike Kumaratunga y la ofensiva militar final lanzada por las tropas gubernamentales que lograron cercar a los rebeldes en la parte norte este de la isla, generando un caos de bombas y crisis alimentaria para la población civil. Oficialmente el conflicto ha finalizado en mayo de 2009 con la rendición del ejercito Tamil.

Según criterio que compartimos con Indika, si bien es cierto la victoria militar aleja la posibilidad, por el momento de confrontaciones directas, las raí­ces que originaron el conflicto permanecen latentes y el espejismo de una paz sostenible, es precisamente eso, un espejismo.

Existe una pequeña posibilidad de que el Gobierno replantee un poco la forma en que ha venido confrontando la situación Tamil, esto porque las lecciones del pasado aprendidas luego del alzamiento en 1971 liderados en el sur por Janatha Vimkthi Peramuna y que dejaron una trágica situación que no alivió sino por el contrario expandió el conflicto nuevamente como según se recuerda y que generó una escalada a partir de 1983 hasta el dí­a de hoy. Aquí­ habrá que detenerse para considerar la radicalización de la posición Tamil que en algunas ocasiones ha alcanzado connotaciones de confrontación religiosa, que a mi entender es el elemento mas peligroso en cualquier conflicto.

Lo cierto es que la victoria militar hace prever un escenario que debilita a la oposición y fortalece la presencia militar (que no se considera una opción de paz). Habrá que dar un paso mas adelante y trabajar en la auténtica reconciliación que permita nivelar la disparidad de oportunidades entre cingaleses y tamiles que es a final de cuentas el foco del conflicto.

Aparece en la escena polí­tica de Sri Lanka un lí­der de corte militar, el General Sarath Fonseca, como un candidato presidencial que según los análisis internos propiciarí­a una perpetuación del status quo.

¿En el medio? Una creciente escalada militar, un fortalecimiento de la presencia del ejercito en la vida polí­tica interna de Sri Lanka, una intermediación de la oposición y una aparente complacencia de los otrora opositores religiosos como los Budistas Sangha.

¿La perspectiva? Una radicalización, un debilitamiento de la oposición, una especie de democracia militarizada y en el fondo el conflicto latente. Por su connotación geopolí­tica y estratégica habrá que permanecer atentos a los movimientos religiosos y el rol que podrí­a jugar el extremismo en un futuro. Indika y yo somos de la idea que la única forma de alcanzar una auténtica transformación es a través del diálogo y la reconciliación lo cual por el momento se percibe lejano.

* Politólogo con orientación en Relaciones Internacionales