Desde el momento en que leí el artículo publicado por Diario La Hora, lo consideré un ejemplo patente del racismo y la discriminación que desafortunadamente aun existen en nuestro país. Respeto los sentimientos y opiniones del autor y le agradezco la definición precisa, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, de los términos que emplea. Sin embargo, me rebelo contra el racismo que encierra la frase aplicada a los Policías Municipales de Tránsito que transcribo a continuación: «los nuevos y ridículos «MAYINGLESES» no se percatarán jamás que no pueden despojarse de su ancestro indígena aunque se vistan de seda». También el artículo me hace recordar la discriminación que frecuentemente se manifiesta hacia la «incultura y nula educación». Esta nula educación ha imperado desde los tiempos coloniales y no por culpa de los analfabetos sino en gran medida por decisión o culpa de los letrados.