FAO se compromete a erradicar el hambre


Kanayo F. Nwanze, jefe de la FAO, responde a las preguntas de los periodistas, tras el inicio de la cumbre hoy en Roma. FOTO LA HORA: AFP FILIPPO MONTEFORTE

Los 193 paí­ses miembros de la FAO adoptaron hoy en Roma una declaración final en la que se comprometen a erradicar el hambre, pero fue tildada de insuficiente por los latinoamericanos, ya que no prevé nuevos fondos necesarios para combatir la ola de hambrunas.


Nos comprometemos (…) para que deje inmediatamente de aumentar –y se reduzca considerablemente– el número de personas que sufren a causa del hambre, la malnutrición y la inseguridad alimentaria», sostiene el texto.

«Nos comprometemos a adoptar medidas encaminadas a erradicar de manera definitiva el hambre lo antes posible», agrega el documento, que reitera la necesidad de alcanzar para el año 2015 las metas del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad el número de personas –cerca de 400 millones– que padecen hambre.

«Nos alarma que las personas aquejadas por el hambre y la pobreza sean ahora más de 1.000 millones. Esta situación constituye una lacra inaceptable», sostiene la declaración sin fijar una fecha concreta para erradicar el hambre ni otorgar fondos especiales para lograrlo.

La cumbre, convocada oficialmente «para dar un nuevo impulso a la lucha contra el hambre y la desnutrición» tení­a como objetivo establecer una nueva estrategia para frenar el aumento del número de personas que sufren la escasez de alimentos en el mundo, que pasó de 850 millones en 2008 a 1.020 millones este año.

Unos 60 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de Chile, Michelle Bachelet, junto al papa Benedicto XVI, asistieron a la jornada inaugural marcada por la ausencia de los lí­deres de las mayores potencias industrializadas.

«Se necesita voluntad y determinación polí­tica» para combatir el hambre en el mundo clamó el presidente de Brasil, quien recordó la experiencia exitosa de su paí­s con el programa «Hambre Cero».

Como Lula, la presidenta de Chile considera clave que se combata la «inequidad social» como causa del hambre y la pobreza que padece el mundo y resaltó los logros obtenidos en América Latina al atacar la exclusión con programas de protección social.

«Será imposible resolver el problema del hambre si no ponemos, de una vez por todas, el problema de la inequidad, al interior y entre los paí­ses, en el centro del debate mundial», afirmó Bachelet.

«Así­ como el mundo fue capaz de gastar trillones de dólares para evitar el desplome económico, ahora es necesario un esfuerzo similar para evitar un desplome social», solicitó la mandataria sudamericana.

El mismo pedido habí­a hecho Lula pocos minutos antes durante su intervención en la plenaria de la FAO, sin obtener por ahora respuesta alguna de los paí­ses más industrializados.

«El compromiso firmado es insuficiente, porque no se obtuvieron fondos nuevos. Hay una voluntad general, pero se percibe una suerte de mezquindad por parte de los paí­ses ricos», comentó a la AFP el delegado de Colombia, Francisco Coy.

El «egoí­smo» y la «especulación» con los alimentos considerados «mera mercancí­a», fueron denunciados por su parte por el papa Benedicto XVI, quien asistí­a por primera vez a la sede de la FAO.

Siguiendo los pasos de sus predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, el pontí­fice alemán pronunció un discurso fuerte y directo en el que pidió que se «revisen» los mecanismos actuales para lograr la seguridad alimentaria.

La ausencia de fondos adicionales e importantes para combatir el hambre es notable si se tiene en cuenta que el director general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, habí­a pedido inversiones por 44.000 millones de dólares al año para los cerca de 2.000 millones de campesinos de los paí­ses pobres con el fin de reactivar el sector.

Se trata de un dinero indispensable para alimentar a los más de 9.000 millones de habitantes que tendrá el planeta en el 2050.