El Niño se ensaña con América Latina


El horizonte oscuro de Sao Paulo destaca entre las antenas de los edificios y los faros de los automóviles, durante un apagón masivo en Sao Paulo, Brasil. Un apagón masivo en toda la mitad sur de Brasil dejó a decenas de millones de personas en la oscuridad y provocó una importante movilización de la policí­a en medio de temores de una ola de delincuencia oportunista. AFP PHOTO / Mauricio LIMA

Estado de alerta en Ecuador y Bolivia, racionamiento de agua e incendios en Argentina, y restricciones eléctricas y de agua en Venezuela son los primeros efectos de una sequí­a que afecta además a regiones de Paraguay y que está vinculada con el fenómeno climático de El Niño.


Ecuador sufre su peor sequí­a de los últimos 40 años, que redujo el nivel de los embalses de las centrales hidroeléctricas y obligó al gobierno a declarar en emergencia el sector eléctrico, racionar el suministro y aumentar la importación de energí­a desde Colombia y Perú.

La crisis se desató luego de que la hidroeléctrica Paute redujera su producción a 35% de la demanda total, cuando en condiciones normales es de 60%.

«El problema puede ser muy grave y largo, varios meses, así­ que le pido al pueblo ecuatoriano unidad frente a esta crisis» energética, advirtió el presidente Rafael Correa.

También en Venezuela -que tiene un déficit de agua del 25%- se decretaron restricciones de agua que se extenderán hasta mayo, cuando comienza la temporada de lluvias. La interrupción del servicio, sectorizada y a ciertas horas del dí­a, puede durar hasta 48 horas semanales.

El propio presidente Hugo Chávez llamó a los venezolanos a tomar duchas de tres minutos para ahorrar agua e ir al baño en la noche usando linternas.

«Tres minutos es más que suficiente. Tres he contado yo y no quedo hediondo. (…) Un minuto para mojarse, un minuto para jabón y champú y otro para quitárselo», aseguró Chávez.

A los cortes de luz se sumó un plan oficial de restricciones eléctricas para ahorrar hasta un 20%.

Según el presidente de la Asociación de Productores Cerealeros y Ganaderos de Guárico, Vicente Figueroa, «la sequí­a ha afectado entre 70 y 80% de las siembras de maí­z, arroz y (el grano) sorgo en Guárico, pilar de la producción de cereales en el paí­s».

En Bolivia, el gobierno activó un plan de emergencia para paliar los efectos de la sequí­a en cuatro de los nueve departamentos del paí­s, que ha generado hasta el momento la muerte de 11.000 cabezas de ganado y la pérdida de unas 20.000 hectáreas de cosechas.

Los departamentos de La Paz (oeste), Santa Cruz (este), Tarija (sur) y Chuquisaca (sureste) son los más afectados por una sequí­a que expertos atribuyen al fenómeno climático de El Niño, y donde el Gobierno boliviano ha declarado «alerta naranja», con lo cual activa los mecanismos de defensa civil.

En el vecino Paraguay se estima que la falta de agua pone en riesgo a unas 6.000 familias en el Chaco central, entre Argentina y Bolivia, con un impacto mayor sobre los pueblos indí­genas.

En tanto, la falta de lluvias ha causado incendios en Argentina e incide en unas diez millones de hectáreas cultivables, un tercio del área de siembra del paí­s, indicó César Rebela, director del Instituto de Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnologí­a Agropecuaria (INTA).

«Normalmente el fenómeno de El Niño nos afecta aumentando precipitaciones en primavera y el otoño siguiente», dijo Rebela a la AFP, explicando que «no llegaron las lluvias de primavera».

El fuego destruyó en la última semana unas 30.000 hectáreas de pastizales y afectó la fauna y flora autóctonos, producto de la sequí­a en las sierras de la provincia argentina de Córdoba (centro), en lo que se considera el mayor desastre en 30 años, según autoridades provinciales.

En tanto, en octubre se quemaron 40.000 hectáreas en los cerros de Ambato en la provincia de Catamarca (noroeste), producto de la falta de lluvias en los últimos seis meses.

En Colombia no hay racionamientos, pero se vive «una temporada de temperaturas altas y permanentes, y un déficit en la temporada de lluvias» de entre 35% y 50%, explicó Ricardo Lozano, director del estatal Instituto de Hidrologí­a, Meteorologí­a y Estudios Ambientales (IDEAM).

En cambio, en Perú se prevé que El Niño tenga un impacto débil, al igual que en Brasil, donde «este año (el fenómeno de El Niño) está siendo considerado normal, ni muy intenso ni muy débil y ha traí­do lluvias más intensas al sur y sureste», dijo a la AFP el meteorólogo del Instituto de Metereologí­a de Brasilia Luiz Melo Mamedes.

El Niño, un fenómeno de naturaleza marina y atmosférica, se presenta con un lapso de dos a siete años en aguas del Pací­fico y su intensidad llega a afectar el comportamiento de las temporadas de lluvias del planeta entero.

«Tres minutos es más que suficiente. Tres he contado yo y no quedo hediondo. (…) Un minuto para mojarse, un minuto para jabón y champú y otro para quitárselo».

Hugo Chávez

Presidente de Venezuela