El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, acude hoy al Congreso para explicar su política antiterrorista, tras el atentado mortal de ETA del 30 de diciembre que acabó con el proceso de paz, mientras el PP pide una renuncia explícita a nuevos diálogos.
«Hoy debemos tener como objetivo principal (…) lograr un gran consenso nacional en la lucha contra el terrorismo», afirmaba el domingo al diario El País el jefe del gobierno español, adelantando uno de los probables ejes de su intervención de hoy: recuperar la unidad frente al terrorismo.
Zapatero acude al Congreso a las 16:00 horas locales dos semanas después del atentado contra el aeropuerto de Madrid que costó la vida a dos ecuatorianos, y tras las manifestaciones del sábado en Madrid y Bilbao (País Vasco, norte) contra dicho atentado, que volvieron a mostrar la división política en materia de terrorismo con la ausencia del Partido Popular (PP, derecha).
El jefe del gobierno español propondrá ante los diputados un nuevo Pacto Antiterrorista que trate de sumar a todas las fuerzas políticas, afirma hoy el diario El País.
El jefe del gobierno español quiere un nuevo pacto que vaya más allá del concluido entre el Partido Socialista y el PP (entonces en el poder), tras la ruptura de la anterior tregua de ETA en 1999, que preveía que no se pagaría ningún precio político a cambio del abandono de la violencia, y había desembocado en la Ley de Partidos y la ilegalización de la coalición independentista Batasuna, brazo político de la organización armada.
Zapatero quiere un nuevo documento que incluya a todos los partidos, especialmente al PP, principal de la oposición y firmemente opuesto a cualquier diálogo con ETA, y al Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado, en el poder en el País Vasco).
La vicelehendakari (vicepresidenta regional) vasca, Idoia Zenarruzabeitia, anunció hoy en la radio pública vasca un apoyo al gobierno central condicionado a la modificación del Pacto Antiterrorista en su forma actual, la derogación de la Ley de Partidos, así como cambios en la política penitenciaria del gobierno.
El PP, por su parte, quiere una expresión clara de que el proceso de paz está roto y de que el gobierno renunciará a cualquier nueva iniciativa de diálogo con la organización armada vasca.
Su líder, Mariano Rajoy, ya anunció que pedirá la revocación de la moción parlamentaria que autorizó en 2005 al gobierno a entablar un diálogo ETA si la organización armada vasca ETA manifestaba su intención «clara» e «inequívoca» de renunciar a la violencia, aprobada por todos los grupos parlamentarios, excepto el PP, principal de la oposición.
El jefe del gobierno español ya ha reiterado en varias ocasiones que el atentado contra el aeropuerto de Madrid puso «punto final» al actual proceso de paz iniciado tras el alto el fuego permanente decretado el 22 de marzo pasado por ETA.
Sin embargo, se muestra más evasivo a la hora de rechazar un ulterior intento de solución negociada al conflicto en el País Vasco, algo que han intentado todos los gobiernos desde la restauración de la democracia en España.
«Hoy es un debate que no tiene sentido. Hoy hay que hablar del mañana, del mañana inmediato. De la respuesta que desde el punto de vista del Estado de derecho, desde el punto de vista de la política, demos a la situación que ha creado ETA», había afirmado Zapatero a El País, al ser interrogado sobre esta cuestión.
El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, llamó hoy en el Congreso de los Diputados a «un gran consenso» nacional para hacer frente al «desafío de ETA», al tiempo que reiteró que el proceso de paz vasco «está roto» tras el atentado mortal de la organización independentista armada del 30 de diciembre.