El economista Rafael Correa asume hoy como el octavo presidente de Ecuador en una década de inestabilidad, jurando ante un Congreso dividido que planea sustituir a través de una Asamblea Constituyente que elaborará una nueva Carta Política de corte socialista.
Correa, de 43 años, amigo del mandatario venezolano Hugo Chávez, será investido para un período de cuatro años luego de su triunfo en segunda vuelta sobre el magnate de derecha Alvaro Noboa el 26 de noviembre.
En la última década ninguno de los tres presidentes elegidos pudo terminar su mandato, presionados por revueltas populares que culminaron con su destitución en el Congreso.
Al acto de hoy asiste un centenar de delegaciones extranjeras, con una decena de presidentes, entre ellos los de Bolivia, Venezuela, Chile, Brasil, Nicaragua y Uruguay, además del iraní Mahmud Ahmadinejad.
El nuevo jefe de Estado, partidario del nuevo socialismo que impulsa Chávez, promete una «revolución rápida, profunda y radical» que sepulte el modelo neoliberal que a su juicio arruinó al primer exportador mundial de banano y quinto productor sudamericano de petróleo.
Correa quiere allanar el camino hacia un nuevo modelo político, económico y social a través de una Asamblea Constituyente con plenos poderes, que prevé impulsar hoy mismo mediante la convocatoria a una consulta popular.
El nuevo gobierno preguntará a la ciudadanía sobre una Asamblea que modifique la Carta Política de 1998 sin la autorización del Congreso, un procedimiento ilegal según varios juristas, que promete crispar las relaciones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.
«No hemos claudicado, no hemos reconocido que tengamos que pedirle permiso al Congreso. Lo único que he cedido hacer es que en el decreto (de convocatoria a una consulta popular) pondré envíese al Congreso para su conocimiento, no para pedirle autorización», explicó Correa.
El mandatario electo hizo la aclaración luego de que el jueves el destituido ex gobernante Lucio Gutiérrez abandonó las filas opositoras creando una mayoría parlamentaria favorable a la Asamblea, que en principio rechazaba.
Gutiérrez, líder de la segunda fuerza legislativa -el partido Sociedad Patriótica-, condicionó su apoyo, sin embargo, a que Correa cite la consulta popular sobre la Constituyente con el aval del Legislativo.
En la víspera de la posesión, Correa fue investido simbólicamente por los indígenas de Ecuador, que por primera vez entregaron su bastón de mando a un mandatario electo.
El economista asistió al poblado andino de Zumbahua en compañía de Chávez y el boliviano Evo Morales, quienes le dieron la bienvenida como nuevo socio del grupo de mandatarios de izquierda en la región.
Correa proclamó el surgimiento de una «América Latina socialista del siglo XXI», acuñando el nombre con que el mandatario venezolano bautizó la nueva fase de su revolución bolivariana.
«Como un milagro se han derrumbado los gobiernos serviles, las democracias de plastilina, el modelo neoliberal, y ha empezado a surgir la América Latina altiva, libre, soberana, justa y socialista del siglo XXI», destacó.
Además de la Asamblea, su principal promesa de campaña, Correa ha anunciado que revisará el pago de la deuda externa de 10.328 millones de dólares (25,3% del PIB) sin excluir una moratoria, así como los contratos con las petroleras extranjeras, ya golpeadas por la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia.
Igualmente, excluirá a Ecuador de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y finalizará, en 2009, el acuerdo por el cual Washington opera desde un puerto ecuatoriano su principal base antidrogas en el Pacífico.
El izquierdista Rafael Correa, quien asume hoy la presidencia de Ecuador, envió un saludo y deseó «una pronta recuperación» al convaleciente líder cubano Fidel Castro, informó hoy la prensa local.
Correa «envió un saludo al Comandante en Jefe Fidel Castro y le deseó una pronta recuperación» a través del vicepresidente cubano Carlos Lage, quien encabeza la delegación de la isla a los actos de su investidura, señaló el diario oficial Granma.
«Cuba y Latinoamérica son una sola nación. Llegó la hora de buscar nuestro destino común», añadió Correa, citado por Granma, al agradecer al pueblo cubano por «la ayuda que viene prestando a los ecuatorianos mediante sus programas oftalmológico y de alfabetización».
También adelantó que Ecuador importará medicamentos genéricos cubanos para su sistema de salud.
«Aquí nosotros hablamos de medicina gratuita, lo cual es un cruel eufemismo, pues la gente se nos muere a las puertas de los hospitales por falta de unos dólares», y «eso va a acabar y qué mejor manera de acabarlo que importando (medicamentos) genéricos de tan buena calidad como los que hacen los cubanos y a bajo costo», añadió.
El rotativo destacó que Lage fue recibido «con especial muestra de afecto» en Ecuador, donde subrayó que la «elección de Correa es una expresión más de los nuevos momentos que se viven en América Latina».
También resaltó que «líderes nuevos», como los presidentes de Bolivia, Evo Morales; de Venezuela, Hugo Chávez; y de Nicaragua, Daniel Ortega, «representan un pensamiento totalmente diferente (…), un pensamiento de izquierda, progresista, con énfasis en lo social, y con preocupación sincera y profunda de resolver las necesidades de los pueblos».
Castro, de 80 años, convalece desde el pasado 27 de julio de una complicada cirugía intestinal que lo obligó a ceder el poder a su hermano Raúl, de 75 años.