Irán, continuando con sus desafíos a la comunidad internacional, dijo hoy que está determinado a instalar tres centrifugadoras en su planta nuclear, en momentos en que la tensión con Estados Unidos aumenta con respecto a la influencia de los iraníes en la región.
«Nos dirigimos hacia una producción de combustible nuclear que necesita tres mil e incluso más centrifugadoreas», declaró Gholamhossein Elham, portavoz del gobierno, en una rueda de prensa.
«Nuestro objetivo es el de asegurar nuestras necesidades industriales», continuó respondiendo a una cuestión sobre la instalación de centrifugadoras en Natanz (centro), un reputado lugar de enriquecimiento de uranio.
«Estamos completando (nuestro programa nuclear) y vamos a anunciarlo en poco tiempo, en la década de Fajr», que corresponde a las ceremonias que celebran la victoria de la revolución islámica de 1979, previstas del primero al 11 de febrero, añadió Elham.
El vocero precisó que los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) estaban informados de las «obras cumplidas».
Actualmente, Natanz dispone de dos cascadas de 164 centrifugadoras que enriquecen uranio a 5% aproximadamente, un nivel necesario para la fabricación de combustible destinado a las centrales nucleares civiles.
Irán mantiene que su programa es puramente civil, pero Estados Unidos especialmente teme que esconda un objetivo militar.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó a finales de diciembre una resolución imponiendo sanciones contra los programas nuclear y balístico de Irán tras el rechazo a suspender su programa de enriquecimiento de uranio.
Las declaraciones de Elham parecen desafiar a la comunidad internacional, teniendo en cuenta que se producen un día después de la acusación por parte de Estados Unidos contra Teherán, centradas esta vez en su papel en Irak.
«Un fracaso en Irak reforzaría la posición de Irán, que representa una significativa amenaza para la paz mundial», declaró el presidente estadounidense en una entrevista concedida a la cadena de televisión CBS.
«Pienso que lo que dicen (los oficiales estadounidenses) es que los iraníes proporcionan material que mata a los norteamericanos y esto es inaceptable», añadió George W. Bush.
La tensión entre los dos enemigos –que no mantienen relaciones diplomáticas desde 1979– subió de tono la pasada semana tras el arresto de cinco iraníes por fuerzas estadounidenses en Irak.
Estados Unidos detuvo el jueves a cinco miembros de la «oficina de enlace» iraní en Erbil, en el Kurdistán iraquí, acusándolos de estar relaciones con los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico del régimen.
Irán afirmó que estos hombres eran «empleados oficiales» que trabajaban en el «consulado» iraní en Erbil. Teherán y Bagdad solicitaron la liberación inmediata de los detenidos.
«Los estadounidenses están huyendo de la región y para salvar su honor profieren insultos», declaró Elham. Y añadió: «si Estados Unidos tiene la voluntad de abandonar la zona podríamos perdonarles sus injurias».