Cómo resolver los problemas de Guatemala (I)


Existirá en el paí­s alguna persona, algún ciudadano, algún empresario o algún funcionario público que no desee que en Guatemala deje de existir el hambre, se erradique la desnutrición, se logre que todos sepan leer y escribir, que nuestra juventud, nuestra niñez concluya la educación primaria, la educación secundaria, tenga una carrera técnica o una profesión universitaria.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Existirá alguien que no le alegre considerar que la salud pública sea adecuada y eficiente para combatir la mortalidad infantil, las enfermedades diarreicas, infecciosas, el cáncer, el sida y todo flagelo a la salud humana.

 

Quién se opone a que Guatemala vuelva a tener la seguridad y la tranquilidad que existí­a en todo el paí­s hace 60 años. Nos gustarí­a o no que las calles, las carreteras y todos los pueblos tuvieran ví­as de comunicación asfaltadas, sin hoyos; que la luz y el agua potable llegaran a todos los hogares. En otras palabras, quién se opone al bienestar, a la conservación ecológica, a la felicidad y tranquilidad de todos los guatemaltecos. ¡Nadie!

 

¿Cómo lograr todo lo mencionado? Por obra y gracia del Espí­ritu Santo, con cascaritas de huevo o porque de nuevo el maná nos vino del cielo. Para poder resolver, para poder hacer dijo Arquí­medes, en la Grecia antigua, «Dadme un punto de apoyo y os moveré el mundo».

 

En Suecia, Noruega, Finlandia, paí­ses que se acercan a la satisfacción de todos sus ciudadanos, las tasas de impuesto son las más altas del mundo. No existe un paí­s desarrollado donde la recaudación del Estado no le permita dar una buena seguridad, educación, salud, infraestructura, tampoco existe el caso de un paí­s subdesarrollado, con desnutrición, mala educación, mala infraestructura, destrucción de la ecologí­a y con una gran inseguridad donde el pago de impuestos no sea precario.

 

Quién en el sector privado organizado puede desarrollar una empresa sin recursos, quién en Guatemala puede garantizar que los problemas que cada dí­a más nos afectan de contaminación ambiental, inseguridad ciudadana, desnutrición, pobreza y extrema pobreza, subdesarrollo educacional y precaria salud pública pueden resolverse sin dinero.

 

Qué gobierno, qué presidente, qué ministro de Finanzas, qué Congreso de la República puede decir que Guatemala saldrá adelante, resolverá los problemas que todos reconocemos que existen si el Estado no tiene los medios, no recibe los recursos, no logra los ingresos para hacerlo.

 

Cuando en los años ochentas se creó el Impuesto al Valor Agregado ¿logró el Estado tener los recursos para resolver los problemas de salud, educación, infraestructura y demás? No.

 

¿Cuándo Vinicio Cerezo, Jorge Serrano, los Acuerdos de Paz, la Comisión del Pacto Fiscal, Alfonso Portillo e incluso í“scar Berger hablaron de incrementar la carga tributaria, CACIF, la Cámara de Industria, de Finanzas, Comercio, etc., manifestaron estar de acuerdo? No, pero todo el mundo quiere una Guatemala mejor.

 

No hay tema que haya sido más abordado por los columnistas, incluyéndome, que el presente. No estamos de acuerdo en el cómo pero nadie puede estar en desacuerdo que no hay otra forma más que los recursos suficientes para combatir y reducir los graves problemas sociales que nos afectan. Por consiguiente, nos guste o no nos guste, nos cuadre o no nos cuadre, sin el pago suficiente de los impuestos, de conformidad con nuestra capacidad, con nuestra riqueza y producción, no hay forma de resolver los problemas que cada dí­a más se agravan y que todos los guatemaltecos reconocemos se tienen que resolver.

 

Continuará.