Doce muertos en tiroteo


Imágenes de la cadena televisiva CNN -adquiridas de las cámaras de una tienda de conveniencia- muestran al mayor Nidal Malik Hasan (I) adquiriendo productos, tras la masacre. FOTO LA HORA: AFP CNN

Un oficial médico estadounidense que iba a ser enviado a Irak próximamente, desató un tiroteo este jueves en la mayor base militar norteamericana, Fort Hood, en Texas, matando a 12 militares e hiriendo a otros 31, anunciaron las autoridades.


El comandante Nidal Malik Hasan, psiquiatra militar, actuó solo y se encuentra hospitalizado en condiciones estables, dijo el general Bob Cone, jefe de la base militar en Texas en una conferencia de prensa.

«La investigación está en curso, pero las primeras informaciones indican que habí­a un sólo tirador que fue herido de bala varias veces. De todas maneras, él no murió como se habí­a anunciado. Se encuentra arrestado y su estado es estable», dijo Cone.

El balance de ví­ctimas de este incidente es aún de 12 muertos y 31 heridos, precisó el oficial.

Hasan abrió fuego hacia las 13H30 locales (19H30 GMT) con dos armas cortas semiautomáticas en un recinto donde numerosos soldados eran sometidos a revisiones médicas previas a su partida en misión a Irak o Afganistán.

El Pentágono difundió imágenes de heridos siendo evacuados en camillas y atendidos en ambulancias, mientras que comandos élite rodeaban un edifico, acompañados de perros.

Cone rechazó excluir la hipótesis de un acto terrorista, «pero los elementos con los que contamos no se orientan en esa dirección», precisó.

Pese a que el Ejército no ha querido pronunciarse sobre el móvil del tiroteo, un primo del tirador aseguró a la televisión que el oficial se sentí­a acosado debido a su origen musulmán.

«Era ví­ctima de acoso por parte de sus compañeros» en el Ejército, declaró Nader Hasan a la cadena Fox.

Según su versión, el hombre habí­a contratado a un abogado para retirarse del Ejército «pero habí­a llegado al lí­mite de sus posibilidades», declaró Nader Hasan, quien añadió que el oficial se habí­a enterado recién de que iba a «ser desplegado en el terreno» en Irak.

Al advertir que el tirador tiene un nombre de connotación musulmana, una de las principales asociaciones musulmanas estadounidenses, Cair, condenó el tiroteo. «Ninguna ideologí­a polí­tica o religiosa pueden justificar o excusar tal violencia gratuita y ciega», indicó en un comunicado.

Uno de los miembros de Cair, Ibrahim Hooper, expresó asimismo su preocupación porque el hecho no repercuta en contra de los musulmanes estadounidenses.

Según el Washington Post, Hasan nació en Estados Unidos en el seno de una familia de origen palestino.

El departamento de Seguridad Interior, a cargo de la lucha contra el terrorismo, indicó que aún era demasiado pronto para determinar el móvil del tiroteo y que todo está en investigación.

Durante una intervención en directo desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama calificó el hecho como un «horrible desencadenamiento de violencia».

«Mis pensamientos y oraciones son para los heridos y las familias de los que han muerto», agregó el mandatario.

«Ver caer a esos bravos estadounidense en el campo de batalla en el extranjero ya es bastante difí­cil. Verlos tomados por blancos en una base militar y en suelo estadounidense es aterrador», dijo Obama.

El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo por su parte estar «profundamente afligido» por el sangriento tiroteo.

En Washington, en tanto, senadores y representantes en el Congreso guardaron un minuto de silencio en memoria de las ví­ctimas. El gobernador de Texas, Rick Perry, ordenó izar hasta el domingo las banderas a media asta.

Situada en el centro de Texas, entre la capital Austin y la ciudad de Waco, Fort Hood es la mayor base del ejército estadounidense y cubre cerca de 880 km2, casi tanto como la ciudad de Nueva York, según se indica en su página web. Unos 50.000 soldados y 9.000 empleados civiles están destacados en ella, según la cadena CNN.

«Los soldados y sus familias así­ como los civiles que trabajan aquí­ están destrozados», declaró el general Cone.

SEMBLANZA Oficial acosado


El oficial que mató a 12 personas ayer en una base militar de Texas es un musulmán de origen palestino que se unió al ejército estadounidense pese a la reticencia de sus padres y quien estaba a punto de ser enviado a Irak.

El mayor Nidal Malik Hasan, que fue herido de bala durante el tiroteo en Fort Hood, la mayor base del ejército estadounidense, es un psiquiatra militar que tení­a a su cargo a soldados que regresaron de misiones en Afganistán o en Irak, paí­s adonde él mismo serí­a enviado en noviembre próximo, según responsables militares.

El oficial se sentí­a ví­ctima de acoso por parte de sus camaradas de armas por el hecho de su origen musulmán, según explicó su primo Nader Hasan, y buscaba poder abandonar el ejército.

«El habí­a contratado a un abogado militar para intentar resolver el problema. Estaba dispuesto a reembolsarle al Estado para poder dejar el ejército, pero habí­a llegado al lí­mite de sus posibilidades», dijo Nader Hasan a la cadena de televisión Fox, en momentos en que el tirador habí­a sido dado por muerto.

Nader Hasan negó que su primo haya tenido «miedo de ser enviado a Irak para hacer la guerra», y precisó que nunca habí­a mostrado un carácter violento. «No era el tipo de persona que frecuenta un campo de tiro, no tení­a ese tipo de estado espiritual», dijo.

En sus fotos oficiales, Nidal Malik Hasan muestra un rostro redondo y sonriente de un hombre de unos cuarenta años, con cabeza rapada.

El comandante nació en Estados Unidos de padres palestinos que habí­an dejado una pequeña ciudad cercana a Jerusalem, siempre según su primo.

Creció en Virgina (este de EEUU) y cursó sus estudios en la Universidad de Virginia Tech, donde también se registró un tiroteo en 2007, el peor de la historia de Estados Unidos, con 32 muertos.

En Washington, donde él trabajaba en un hospital militar antes de ser transferido a Texas, frecuentaba una mezquita al menos una vez por dí­a, siete dí­as a la semana, según el imán Faizul Khan, quien explicó al Washington Post que el psiquiatra era un «aficionado» y que le hací­a muchas preguntas sobre religión.

«Pero no habí­a nada de extremista en sus preguntas. Nunca demostró alguna frustración ni ansias de venganza», precisó.

Un ex colega del tirador estimó lo contrario, afirmando a la cadena Fox News, que él habí­a expresado su deseo de ver a los musulmanes «combatiendo contra el agresor» en Irak y en Afganistán.

Durante una conferencia de prensa, el comandante de la base de Fort Hood, el general Bob Cane, afirmó que la investigación del tiroteo no se orientaba en la dirección de un complot terrorista.

FAMILIARES Conmoción


Los familiares del comandante Nidal Malik Hasan, el tirador que asesinó a 13 personas y dejó unos 30 heridos en la base estadounidense de Fort Hood (Texas), declararon hoy en un comunicado estar «conmocionados y muy triste».

«Estamos conmocionados y muy tristes ante los terribles acontecimientos de Fort Hood», reza el comunicado enviado por Nader Hasan, primo del tirador que se expresaba en nombre de la familia, precisando que los padres de Nidal Hasan fallecieron.

Nader Hasan precisó que su primo era un «ciudadano estadounidense». «Nació en Arlington (Virginia) y fue educado en Estados Unidos. Asistió a las escuelas públicas locales y estudió en (la universidad) Virginia Tech», precisa el texto publicado en el sitio web del Washington Post.

«Nuestra familia ama América. Estamos orgullosos de nuestro paí­s», prosigue el comunicado.

Nidal Malik Hasan abrió fuego en la base de Fort Hood en Texas (sur), la más grande el ejército estadounidense, matando a 13 personas y dejando 30 heridos.

Alcanzado por las balas, Hasan está hospitalizado y se encuentra en estado estable, con respirador artificial.

Su primo Nader Hasan ya hizo declaraciones el jueves en Fox News.

Nidal «era ví­ctima de acoso por parte de sus compañeros del ejército», dijo. Nidal Malik Hasan, psiquiatra militar, se sentí­a acosado por su origen musulmán, añadió.

«í‰l habí­a contratado un abogado militar para resolver el problema. Estaba dispuesto a reembolsarle al Estado para poder dejar el ejército, pero habí­a llegado al lí­mite de sus posibilidades», declaró Nader Hasan. «Acababa de enterarse de que iba a ser mandado a la guerra», agregó.