Sobre contaminación de Atitlán


Hace ocho dí­as, en este mismo espacio, publiqué otro artí­culo en relación a la contaminación del lago de Atitlán, y varios amables lectores enviaron, por correo electrónico, su opinión. Puntos de vista comparto con ustedes.

Edwin Marroquí­n Navas
enavas1313@yahoo.com

Alberto Meléndez

Una de las primeras acciones es hacer un buen uso y correcto de esos fondos para salvar el lago. En primer lugar creo que serí­a urgente invertir en máquinas especiales tipo lanchones que se utilizan especí­ficamente para limpiar aguas, son una combinación de enormes aspiradoras o barredoras acuáticas que van jalando cuanta basura, algas y suciedad pueda atrapar con algunos metros de fondo, dichas barredoras tendrí­an que ser al menos cuatro, para utilizarlas en puntos estratégicos como Pana, San Lucas, Santiago y San Pedro, y utilizarlas a diario.

Y la otra es frenar cuanta contaminación pueda ingresar al lago. Suena una tarea ardua y dura, pero creo que es la única solución, y la tercera que tienen que participar habitantes alrededor del lago, sector privado, comerciantes y gobierno. Es la única solución que veo para salvar ese bello lago.

Irineo Bolí­var

Por algo Atitlán rima con Amatitlán. Si el Motagua se convirtió en Motadesagí¼e, y el Michatoya en Michacaca, Atitlán pronto será una de las 7 maravillas contaminadas del mundo y un sitio ideal para una hidroeléctrica. Que la boca se les tuerza, y haga un nudo (a los que han contaminado la playa). En Atitlán deben eliminarse todos los drenajes que desembocan en el lago e imponer multas y cárcel a comerciantes, habitantes, turistas, y coches que se han meado y cagado en el espejo del cielo.

Héctor Andrade Arévalo

Para rescatar de la eutroficación al lago de Atitlán existen las máquinas y los métodos para limpiar el agua y es caro. Sin embargo, el lago se seguirá contaminando ya que no tenemos leyes estrictas de propiedad y uso de la tierra que prohí­ban y castiguen por ensuciar el medio ambiente.

¿Cómo evitar que en las siembras no usen exceso de fertilizantes inorgánicos que el gobierno regala?, o ¿que los chalets no usen fosas sépticas?, o ¿que las poblaciones indí­genas no tiren desagí¼es al lago? o ¿vayan a lavar al lago como lo han hecho por generaciones? Es impactante el contraste del paisaje del lago con la locura comercial de Pana o el desarrollo de construcción tan horrible de Santiago Atitlán sin redes aceptables de agua potable y drenajes…

Julio Pereira

La pregunta que habrí­a que hacerse en Guatemala es ¿Qué es lo que está bueno? Se han paseado en todo. Por supuesto, las autoridades gubernamentales son las más responsables al respecto. Cuando era pequeño, se caminaba unos tres kilómetros de mi pueblo y uno se encontraba con riachuelos. Ahí­ se conseguí­an plantas comestibles: berros, chufles, pacayas, y camarones, peces, cangrejos.

Todo eso ya no existe o está contaminado. Hay que aplicar medidas correctivas en Amatitlán, pero lo más importante es una revolución a nivel de ideas. Tenemos que aprender a respetar la naturaleza. Urgen muchas escuelas y mucha investigación cientí­fica.

* Concierto de pop-rock.- A las 17:30 horas de hoy, en el Parque Central, ADESCA organiza un festival. No se paga y habrá buena música. ¡Ahí­ nos vemos!

* Poetas malditos.- Varios amigos que participaron en un curso de redacción impartido por «el Bolo» Flores están organizando el colectivo «Poetas Malditos». ¿Le gustarí­a a usted formar parte? Según ellos, no es necesario escribir buenos poemas, mejor si son pésimos.

* Bellos celajes.- Esta época me gusta por los colores de los celajes y descifrar las figuras que forman las nubes. De plano que este bello cielo chapí­n es el que admiran los extranjeros y nos hace pensar que es posible una Guatemala más humana.