Muchas personas se aquejan de molestias físicas interminables, con frecuencia concurren a diversos profesionales en salud, tras la búsqueda de un diagnóstico, un tratamiento y una cura para su o sus enfermedades. Algunas veces se someten de manera frecuente a exámenes físicos, pruebas de laboratorio, métodos diagnósticos incluso invasivos.
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El tema central de sus conversaciones, de su pensamiento es la enfermedad, su dolor físico y su temor a tener un padecimiento tan grave que le lleve a la muerte. Los consultados con frecuencia prescriben algún fármaco con la necesidad de dar una alternativa a la situación de su paciente. Es frecuente que se diagnostiquen enfermedades tales como colon irritable, enfermedad péptica, intolerancia a algunos alimentos, cefaleas tipo migraña. Pero la verdad es que nada es conclusivo y su malestar o muchos de ellos menguan por un período de tiempo, para luego reaparecer.
Tenga o no tenga un sustrato físico, esta necesidad de algunas personas de buscar y buscar enfermedades puede corresponder a lo que denominamos hipocondriasis. Ya que todos de alguna manera padecemos de una pequeña enfermedad física, desde algún problema leve de la piel, caries dental, enfermedades gastrointestinales ya diagnosticadas y tratadas de manera pertinente.
La hipocondría  aparece acompañando como síntoma  a enfermedades psiquiátricas tales como la depresión y  la ansiedad pero puede corresponder a una entidad clínica por sí sola. El padecimiento es tan significativo que puede afectar todas las áreas de la vida de una persona tales como la laboral y social. La duración de la sintomatología  es como mínimo de seis meses, antes de diagnosticar esta enfermedad.
Se debe investigar que la persona verdaderamente no esté cursando con una enfermedad física, habiendo descartado que los síntomas referidos no sean correspondientes a ninguna entidad médica orgánica. Si la persona continúa con angustia, preocupación y zozobra acerca de su estado de salud será comprensible evaluar este diagnóstico psiquiátrico.
Sin embargo, hemos de observar que la enfermedad ¿Imaginaria?, de manera real se constituye en una enfermedad ya que esta disminuye la calidad de vida de la persona que la tiene, su capacidad de disfrute y afecta a las personas que le rodean.
He observado que quien busca encuentra, y en determinadas ocasiones pacientes que han sido diagnosticados con enfermedades somatomorfas (Hipocondriasis). En el transcurso del tiempo llegan a desarrollar enfermedades físicas de índole psicosomático tales como Lupus, Artritis, Síndrome de fatiga crónica, fribromialgia, esclerosis múltiple y otras.
Por lo que considero de suma importancia la intervención de psicoterapia de manera temprana, para ayudar a las y los pacientes a reconocer sus emociones, al aprendizaje de una comunicación menos primitiva y al afrontamiento de problemas.