La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton se reunirá mañana en El Cairo con el presidente egipcio Hosni Mubarak para contrarrestar las críticas árabes a su posición ante la propuesta israelí de restringir parcialmente las colonias en Cisjordania.
«Vamos a Egipto para reunirnos con el presidente Mubarak», declaró Philip Crowley, portavoz de la secretaria de Estado.
Clinton tiene previsto llegar a El Cairo hoy en la noche, proveniente de Marrakech, en el sur de Marruecos, donde participó en el Foro por el Futuro.
En El Cairo, Clinton se reunirá también con su homólogo egipcio Ahmed Abul Gheit y con el influyente jefe de los servicios de inteligencia Omar Suleimán.
En Marrakech, Clinton intentó disipar la sensación de que Washington cedió ante Israel, cuando el sábado pasado, en Jerusalén, calificó de «sin precedentes» una propuesta israelí de restricción parcial de la colonización, contraria a la hasta ahora posición norteamericana de congelación total.
Clinton alabó los esfuerzos de los palestinos por mejorar la seguridad y pidió a los israelíes «gestos positivos».
La oposición estadounidense a las colonias israelíes en Cisjordania «no ha cambiado», indicó Clinton.
«Estados Unidos no acepta la legitimidad de la continuación de los asentamientos israelíes», agregó.
Sin embargo, Clinton consideró que la oferta del gobierno de Benjamin Netanyahu de restringir la colonización «supondrá una restricción sin precedentes de los asentamientos».
Las explicaciones de Clinton parecieron dar resultado, ya que el ministro palestino de Relaciones Exteriores, Riyad al Malki, se declaró «satisfecho».
Las colonias israelíes en Cisjordania son un obstáculo a la reanudación de las negociaciones entre Israel y los palestinos, interrumpidas desde hace casi un año.
Estados Unidos recurre a menudo a la influencia moderadora de Mubarak, un aliado fiel que preside un país en paz con Israel desde hace treinta años.
El entorno de Clinton intentaba sin embargo disipar el sentimiento de que ese viaje se organizaba de forma improvisada y calmar la polémica.
«Hemos pensado siempre que en la región era importante hablar con Egipto, actor clave del proceso de paz», dijo un alto funcionario norteamericano a los periodistas que acompañan a Clinton.
El jefe de la diplomacia egipcia reconoció que la visita tiene lugar en un momento en el que «el proceso de paz atraviesa una fase crítica».
A pesar de las declaraciones de Riyad al Malki, en filas palestinas y árabes imperaba la preocupación.
«Que Clinton retroceda, en particular con respecto a la restricción parcial de las colonias, no es suficiente para reactivar las negociaciones con Israel», declaró Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas.
Para Mohamad Sobeih, subsecretario general de la Liga Arabe, encargado de los asuntos palestinos, las declaraciones de Clinton «conmocionan al mundo árabe y constituyen un retroceso» con relación a la posición norteamericana.
Por su parte, Israel advirtió que una política de firmeza con respecto a las colonias no llevará a ninguna parte.
«Intentar poner a Israel entre la espada y la pared» no es un «buen enfoque», declaró el viceministro de Relaciones Exteriores Danny Ayalon.