Miles de guatemaltecos abarrotaron ayer los cementerios para adornar tumbas y mausoleos durante la celebración del Día de Todos los Santos que reúne año tras año, especialmente en el interior del país, a visitantes tanto nacionales como extranjeros.
En la ciudad, miles de personas acudieron a visitar a sus muertos y organizaron comidas en los alrededores de los mausoleos donde yacen los restos de sus seres queridos, actividad que en la mayoría de los casos es acompañada de bebidas alcohólicas y música de mariachis, quienes interpretan las melodías que gustaban a los difuntos.
Pero la forma de conmemorar la fecha varía según el lugar. En Santiago y Sumpango, en el departamento de Sacatepéquez, se acostumbra a fabricar y hacer volar barriletes (cometas) gigantes, cuya elaboración puede durar hasta cinco o seis meses.
Indígenas de esas regiones explican que adoptaron esta tradición pues por medio de los barriletes envían mensajes de paz y cariño a quienes partieron al más allá, e incluso se logra una conexión entre «los dos mundos».
Por otra parte, en Todos Santos, Huehuetenango, se acostumbran las comidas, la ingesta de bebidas alcohólicas y las carreras de caballos.
Después de cumplir con la visita a los cementerios, miles de guatemaltecos también disfrutan de un plato de fiambre, comida elaborada a base de embutidos, carnes y legumbres, que únicamente se come el 1 de noviembre de cada año.