Marlene Blanco Lapola, ex directora de la PNC y actual viceministra de Apoyo Comunitario, declaró que la institución policial detectó nuevos escenarios de extorsión que rebasan la acción de los jefes de maras.
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Según la funcionaria, las investigaciones llevaron al hallazgo que, aprovechándose de la situación, algunos pilotos, y también inspectores, se han sumado a la práctica ilícita de extorsión, que repercute en intranquilidad y complicaciones al usuario del transporte público de pasajeros.
Según refirió la funcionaria, hace tres días la Policía Nacional Civil (PNC) logró la captura de un piloto por denuncias de extorsión contra sus compañeros.
De acuerdo con su análisis, Blanco Lapola explica que el gran problema por ataque de pilotos es la facilidad para obtener armas de fuego en el mercado por parte de la delincuencia, quien ejemplificó con la confesión de un marero: «es más fácil comprar un arma a las seis de la tarde, que conseguir un pan», refirió.
Otro factor de riesgo para los pilotos es que, según se tienen investigaciones, el pago por un asesinato con un sicario oscila entre 1 mil 500 y 2 mil 500 quetzales, cifra que no es muy elevada.
La ex directora policial refirió que le están dando seguimiento a las investigaciones por extorsión, especialmente las que se están dando desde los centros carcelarios, a lo que refirió que «de eso ya se están tomando situaciones».
Según Blanco Lapola, hay muchos factores que influyen para que los municipios sean violentos y gente que está aprovechando la situación actual del transporte urbano.
«Recordemos también que, a veces, al crimen organizado y al narcotráfico les conviene tener distraída en cierto tema a la población para ir filtrando más armas o drogas en nuestro país», destacó.
Blanco Lapola explicó que se les ha sugerido a los pilotos que no contesten el teléfono celular mientras están en rutas y que tampoco dejen abordar a personas que saben que pertenecen al crimen organizado.
La ola de violencia contra el gremio de transportistas sigue cobrando vidas; durante esta semana, varias unidades del transporte fueron objeto de atentados; la Ruta 77 fue una de las más afectadas.
El hecho más reciente se suscitó ayer por la tarde en Tierra Nueva I, Chinautla, en donde murió Ervin Ottoniel Rosales Barrios, de 39 años, piloto de una unidad 77.
El pasado lunes murió el ayudante Gerson Pirir, de 16 años a un extremo del mercado de la Florida, ese mismo día fue atacada otra unidad de la misma ruta y el sábado recién pasado murió el conductor Jorge Alberto Castillo Valenzuela en la calzada San Juan, en Mixco.