¿Qué acabó con la cultura más antigua de América?


Vista del complejo arqueológico de Caral, en Perú, el cual albergó a una de las culturas más antiguas de América y del mundo, hace 5 mil años, pero que pereció por el cambio climático y terremotos. FOTO LA HORA: AFP ERNESTO BENAVIDES

La civilización peruana de Caral, contemporánea de las de Mesopotamia y Egipto y que surgió 45 siglos antes que los Incas, se extinguió por un gran sismo y cambios climáticos que pusieron fin a sus más de mil años de apogeo, según las últimas investigaciones de su descubridora, la arqueóloga Ruth Shady.


Anfiteatro en Caral. FOTO LA HORA: AFP ERNESTO BENAVIDESTuristas caminan frente a las pirámides de Caral. FOTO LA HORA: AFP ERNESTO BENAVIDESOtro anfiteatro en Caral. FOTO LA HORA: AFP ERNESTO BENAVIDESArqueólogos trabajando en una de las pirámides. FOTO LA HORA: AFP ERNESTO BENAVIDES

Con 5.000 años de antigí¼edad, Caral -la civilización más antigua de América- surgió en la costa central peruana, con una ciudadela de edificios piramidales de piedra de 20 metros de alto, plazas circulares hundidas, conjuntos residenciales, espacios de reunión pública y zonas de unidades domésticas, que se van descubriendo a medida que las excavaciones avanzan.

Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en junio pasado, el asentamiento de 62 hectáreas se desarrolló 4.400 años antes que gobernaran los incas en Perú, en una zona desértica y árida, rodeada de cerros pedregosos, 200 km al norte de Lima.

«Caral es la civilización más antigua que se ha ubicado hasta ahora en América y sus valores sociales y culturales marcaron un hito que se expresó en civilizaciones posteriores en Perú», dijo Shady en diálogo con la AFP en ví­speras de cumplirse el 31 de este mes 15 años de su descubrimiento.

Las investigaciones con carbono 14 establecieron que esta civilización se adelantó 1.500 años a las de Mesoamérica, otro gran foco civilizatorio, y en más de 3.000 años a la sociedad maya.

Caral tuvo una existencia de 1.200 años en que gozó de gran prestigio e influencia hasta que se extinguió en la profundidad de los siglos. «Â¿Qué pasó para que desapareciera y perdiera su importancia?», se pregunta Shady.

En investigaciones de la arqueóloga con expertos de la Universidad de La Florida de Estados Unidos se formuló como hipótesis que un sismo y cambios climáticos acabaron con la sociedad caralina.

«Hubo primero un sismo muy fuerte, muy intenso que removió la región andina; este material removido fue acarreado por un Fenómeno del Niño (trastorno en el clima) y llenó antiguas bahí­as del litoral del Pací­fico y luego fuertes vientos inundaron con dunas los campos de cultivo», sostiene.

Vientos y una sequí­a que se alargó por dos generaciones provocaron una secuela de transformaciones climáticas que Caral no pudo resistir, explica Shady.

Las excavaciones siguen y uno de los misterios por resolver es la ubicación de su cementerio, todo un enigma.

«Estamos haciendo excavaciones en siete sitios, pero no hemos encontrado el cementerio; hemos utilizado geo-radar ya en tres ocasiones, pero nada», indica.

Luis Miranda, uno de los 14 arqueólogos que laboran en Caral, dijo a la AFP que cuando se encuentre la necrópolis «vamos a poder dar respuesta a muchas preguntas».

Pese a este inconveniente la arqueóloga y su equipo se encuentran satisfechos de los resultados obtenidos en Caral en quince años de trabajos.

«Se ha determinado que Caral realizó un desarrollo transversal que abarcó poblaciones de la costa, la región andina y la amazónica, con las que realizó intercambio», dijo.

Caral, refiere, constituí­a un asentamiento urbano con diseño previo y una construcción planificada. Eso se complementó con conocimientos de astronomí­a para calcular el tiempo y los ciclos de siembra y cosecha.

Los actuales visitantes de Caral aprecian en el lugar una actividad febril, con arqueólogos dirigiendo equipos de trabajadores en labores de excavación y conservación de los edificios monumentales, en medio del silencio de un valle batido por fuertes vientos.

A diario delegaciones de escolares llegan al lugar en visitas turí­sticas que Shady espera que se incrementen e incluyan a turistas extranjeros.

«Hemos afrontado muchas dificultades e incomprensiones de las autoridades y ahora enfrentamos el peligro de las invasiones», subraya al advertir que han comenzado a aparecer algunas viviendas cerca de Caral sin que las autoridades den solución a este problema.

PREMIO Para la conservación


Las investigaciones de la civilización peruana de Caral, la más antigua de América, tendrán un gran impulso con 800.000 dólares de un premio otorgado la semana pasada por Estados Unidos para la conservación de su ciudadela, que es patrimonio mundial de la UNESCO desde junio pasado.

Este premio, otorgado desde 2001 por el Congreso estadounidense, tiene como objetivo ayudar a los paí­ses en desarrollo a preservar su herencia cultural.

Perú ha sido el paí­s de América Latina que más dinero ha recibido del Fondo del Embajador, que ha apoyado diversos proyectos hasta la fecha por un monto de 1,1 millones de dólares, según la delegación norteamericana en Lima.

La arqueóloga Ruth Shady, directora y descubridora de Caral, consideró que el premio permitirá hacer «talleres de investigación sobre conservación para beneficio no sólo de Caral sino de otros sitios arqueológicos del paí­s».

Ese dinero se aplicará, entre otras cosas, en los trabajos para conservar el último descubrimiento en Caral, el muro de una vivienda de élite elaborado con la técnica de la quincha, que es una mezcla de madera y barro.

Ese muro, de dos metros de alto, demuestra cómo ese material constructivo resistió a pie firme los embates del tiempo y la naturaleza durante 5.000 años, que es la antigí¼edad de Caral, según precisó la arqueóloga. Se trata de un material flexible y duradero, añadió.

Actualmente se ha replicado con éxito ese tipo construcción, aplicando la misma técnica aplicada en el pasado.

«Es como revivir una tecnologí­a de hace 5.000 años», precisó Shady al subrayar que lo que hace su equipo de investigadores en Caral es ver cuáles son los valores y contribuciones de las sociedades prehispánicas que pueden aprovecharse.

Caral fue declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en junio de este año.