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Centroamérica y Guatemala al carecer de suficiente petróleo o de fuentes de ingreso como regalí­as por minerales o servicios como el Canal de Panamá, han sido afectados de mayor manera.

 

Guatemala ha perdido una enorme cantidad de plazas de trabajo y las mujeres han sido afectadas más que los hombres. Los jóvenes que se incorporan al mercado laboral no encuentran esas oportunidades de trabajo que tanto dicen algunas personas genera suficientemente el sector empresarial de nuestro paí­s. La pobreza, la extrema pobreza, la miseria y el hambre se han incrementado en todo el mundo y en Guatemala en particular aún más.

 

La atención pública que la elección e integración de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Apelaciones llamó la atención durante los últimos dí­as ha sido un simple distractor del graví­simo problema de hambre que actualmente azota a Guatemala y que la ha colocado en el denigrante lugar de ser el paí­s de América Latina donde más existe desnutrición y el sexto a nivel mundial.

 

El Congreso de la República, el Ministerio de Finanzas, el partido de gobierno no quieren admitir, comprender y reconocer que la carga tributaria es un tema en el que no se han atrevido a plantear soluciones efectivas y concretas. Hasta la visita del conservador presidente de Colombia, ílvaro Uribe, en sus expresiones ante la Asociación de Gerentes de Guatemala, señaló que la seguridad no se obtiene sin la mejora de la seguridad social y que los sectores pudientes del paí­s deben pagar un impuesto al patrimonio para mejorar la seguridad, que sólo se logra con el avance en la cobertura social.

 

No es prudente ni conveniente que se aprueben préstamos para pagar gastos de funcionamiento en un momento de crisis, de baja de pago de carga tributaria en el paí­s.

 

Lo urgente e inteligente es otorgar una amnistí­a para que aquellos que justificadamente hayan dejado de cumplir con sus contribuciones tributarias lo hagan al verse estimulados por una exoneración en el pago de multas e intereses por el atraso del pago de impuestos. Esto debe hacerse de inmediato.

 

El presidente de la Comisión de Finanzas, el veterano y experimentado diputado oficialista, Mario Taracena Dí­az-Sol, debe tomar la iniciativa de la misma manera que lo ha hecho en muchos otros temas y no esperar que avance el mes de noviembre y así­ lograr que antes que concluya el presente ejercicio fiscal aumenten los ingresos sanos que le permitan al Ministerio de Finanzas cubrir sus gastos administrativos.

 

Es más barato, es más fácil dejar de percibir intereses hipotéticos, multas incobrables que aprobar bonos del Tesoro o préstamos que sí­ se tienen que pagar, incluyendo sus intereses.

 

Entre más tiempo pase más difí­cil será la recaudación de impuestos y por consiguiente más se hundirá el actual gobierno en un hoyo negro de donde nadie le va a ayudar a salir más que sus propios diputados y dirigentes.