Ex prisionero y familiares protestan en las puertas de la base de Guantánamo



Cinco años después de la llegada de los primeros detenidos de la «guerra contra el terrorismo» a la cárcel instalada en la base estadounidense de Guantánamo, un ex prisionero, familiares y activistas emprendieron hoy el camino hacia sus puertas para exigir su clausura.

El grupo de 19 personas -que incluye a la madre y al hermano de un actual detenido, a una ex coronel del Ejército estadounidense y a la pacifista Cindy Sheehan, que perdió un hijo en Irak- llevaba pancartas de protesta y coreó consignas contra el presidente George W. Bush y en reclamo de juicios justos para los prisioneros.

La delegación emprendió viaje en un autobús desde el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos en la ciudad de Guantánamo (970 km al este de La Habana). En el Estado Mayor Fronterizo cubano hizo una primera parada en una plaza céntrica y gritó: «Â¡Bush, cabrón, cierra la prisión!» y «Caminaremos millas por juicios justos».

Los manifestantes portaban carteles con mensajes en inglés, español y árabe que exigen el cierre de la cárcel, ante decenas de cubanos que les observaban entre divertidos y asombrados.

«Creo que lo que mi paí­s está haciendo en Gitmo (como los marines llaman a la base de Guantánamo) y otros campos de prisioneros es muy antiestadounidense. Si uno trata a la gente como a animales se lastima a todo el mundo. Estamos intentando llamar la atención de eso en este quinto aniversario» de la llegada de los primeros detenidos a la base, dijo Sheehan a la AFP.

Al final del recorrido de 23 km, los miembros de la delegación descendieron del autobús y caminaron cerca de un kilómetro hasta las rejas que delimitan la base, uno de ellos vestí­a un uniforme de prisionero naranja similar al utilizado por los detenidos de Guantánamo.

«Liberen a mi hermano», se leí­a en una pancarta en inglés con la foto del prisionero Omar Deghayes, un libio de 37 años que residí­a en Gran Bretaña y fue detenido en Pakistán a inicios de 2002. Su hermano, Taher Deghayes, y su madre, Zohra Zewawi, viajaron a Guantánamo desde Dubai para exigir el cierre de la prisión.

«Estoy muy emocionada de estar tan cerca de mi hijo», dijo a la AFP Zewawi.

Para Asif Iqbal, un inglés de 25 años de origen paquistaní­, la protesta es también un doloroso recuerdo de los tres años que pasó detenido en la cárcel de extrema seguridad sin ser acusado formalmente. «Creemos que son inocentes hasta que se demuestre lo contrario», dijo.

Dos militares cubanos observaban la protesta del lado cubano de la reja, donde un cartel advierte «No pase, zona militar» y una pancarta asegura que «volverán» los cinco cubanos capturados en Estados Unidos en 1998 y acusados de espí­as.

Una ambulancia y un enjambre de periodistas acompañaron a los manifestantes en caravana.

La protesta forma parte de una serie de manifestaciones organizadas en varias ciudades del mundo en el «Dí­a internacional para cerrar Guantánamo», al cumplirse el quinto aniversario de la llegada de los primeros acusados de terrorismo a la base que Estados Unidos ocupa en el marco de un tratado de 1901 que Cuba rechaza.

El gobierno de Bush instaló la cárcel de extrema seguridad para interrogar a los sospechosos de terrorismo lejos de ojos indiscretos y fuera de la órbita del sistema judicial estadounidense.

De los más de 700 detenidos de unos 40 paí­ses que pasaron por Guantánamo en algún momento, unos 380 han sido repatriados, la mayorí­a de ellos sin haber sido acusados formalmente.

La policí­a federal estadounidense (FBI) y documentos militares indican que los detenidos fueron confinados en soledad durante meses, interrogados 20 horas al dí­a durante varias semanas, humillados y esposados al suelo durante horas a temperaturas extremas.