La amistad es como el árbol; su bondad o maldad se reconoce por los frutos que se cosechan.
César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com
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Es maravillosa aquella amistad que nace en la infancia, madura en la juventud y dura en la vejez.
El que te haya señalado tus defectos en privado y alabado tus cualidades en público, ése es tu amigo.
Los sentimientos más profundos, penas, alegrías e ilusiones, sólo se comparten con quien sintoniza con nuestra alma.
La verdadera amistad es aquella que satisface las ansias profundas del interior y no las superficiales.
Una de las más grandes satisfacciones que puede experimentar una persona es poseer un verdadero amigo.
No es auténtica ni buena amistad, aquella que te aleja de Dios y de la voz de tu conciencia.