La lucha contra la pobreza y la corrupción serán las prioridades del nuevo gobierno nicaragí¼ense del ex guerrillero sandinista Daniel Ortega, para lo que cuenta con los petrodólares de su homólogo venezolano, Hugo Chávez.
Así lo manifestó Ortega en su primer discurso como presidente, a noche ante cerca de 300 mil nicaragí¼enses congregados en la Plaza Juan Pablo II, poco después de recibir la banda presidencial de su predecesor Enrique Bolaños en un acto multitudinario, que contó con la presencia de 14 jefes de Estado o de Gobierno y 61 delegaciones de todo el mundo.
Una de las prioridades del gobierno de Ortega, vencedor en las elecciones del 5 de noviembre, será «luchar contra la corrupción», y advirtió que los «cargos no son para volverse más ricos», además de que reducirá «los megasalarios» y adoptará «medidas de austeridad».
Ortega también aseguró que no privatizará el servicio de agua potable, ni las empresas hidroeléctricas que están en poder del Estado, y que resolverá la grave crisis energética que aqueja al país desde abril del pasado año, con ayuda de Chávez, quien este jueves tiene previsto hacer entrega en Managua de las primeras plantas eléctricas.
El gran reto y la prioridad de Ortega será reducir la pobreza que afecta al 70% de los nicaragí¼enses.
«Esta banda», dijo Ortega quitándosela y mostrándola en la mano, «le pertenece a los pobres, a los nicaragí¼enses que están dispuestos a luchar por la justicia, por que desaparezca el hambre de nuestra patria, la falta de salud y de educación», dijo.
«Hemos hablado de la necesidad de unirnos, y por eso quiero reconocer públicamente que hemos encontrando gran disposición de todos los sectores, ricos y no ricos para librar la batalla contra la pobreza», dijo Ortega.
Para sus proyectos cuenta con la colaboración de Chávez.
«Deme Nicaragua en qué servirla y tendrá en mi a un hijo, tendrá en Venezuela a una hermana, a una hija para servirla», dijo con emoción el presidente venezolano, parafraseando al prócer cubano José Martí.
Chávez y Ortega tienen previsto firmar este jueves varios acuerdos de cooperación en campos como la energía, la salud, infraestructura, créditos para la agricultura, cuyo monto superaría la asistencia de Venezuela a Argentina, Bolivia y Cuba, así como la adhesión de Nicaragua a la Alternativa Bolivariana para América Latina y El Caribe (ALBA), que auspician Venezuela, Cuba y Bolivia.
El regreso al poder del líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), tras su derrota en las urnas en 1990, después de 11 años al frente del gobierno revolucionario que puso fin a 45 años de dictadura del clan Somoza, suscita un enorme recelo en Estados Unidos, que intentó por todos los medios evitar su victoria en noviembre.
Su pasado de guerrillero antiimperialista aliado al bloque socialista y su amistad con el presidente venezolano ha reavivado los rescoldos de la Guerra Fría en la región.
Desde su elección, Ortega no ha escatimado esfuerzos para tranquilizar a Estados Unidos, a inversores y empresarios, así como al 62% del pueblo nicaragí¼ense que no lo votó en noviembre por miedo a una vuelta al pasado belicoso, y a los organismos financieros internacionales, con los que cuenta para dar un giro social a años de política económica neoliberal.
Pero seguro que la foto del palco desde el que pronunció su primer discurso como presidente -en el que estuvo flanqueado por Chávez, el presidente boliviano, Evo Morales; el taiwanés, Chen Shu Bian; el próximo mandatario de Ecuador, Rafael Correa, y el representante del gobierno cubano, José Ramón Machado, además de la primera dama, Rosario Murillo-, no ha contribuido a apaciguar los temores en Washington.