El ex dictador marxista etíope Mengistu Hailé Mariam, declarado culpable de genocidio durante el «Terror Rojo» de 1977-78, fue condenado en contumacia a cadena perpetua por la Alta Corte Federal de Etiopía hoy.
«Después de haber considerado los llamados a la clemencia y al castigo extremo reclamado por el fiscal, la Corte decidió condenar al culpable número uno a la prisión perpetua», declaró el juez Nur Mohamed refiriéndose a Mengistu.
El 12 de diciembre de 2006, Mengistu, que vive exiliado en Zimbabue tras el derrocamiento de su régimen, en 1991, fue declarado en rebeldía culpable de genocidio por la justicia etíope por los crímenes cometidos durante el llamado período del «Terror Rojo» (1977-1978).
Los procesos contra los responsables del régimen de Mengistu comenzaron en Adis Abeba el 13 de diciembre de 1994. El del «Negus Rojo», el apodo del ex dictador, que gobernó Etiopía de 1977 a 1991, empezó hace diez años.
Todos los dirigentes estaban acusados de haber hecho ejecutar o desaparecer a cientos de miles de etíopes durante el «Terror Rojo».
En total, los acusados debía responder de 211 cargos, entre los que figuraban torturas, los asesinatos del emperador Hailé Selassié y del patriarca ortodoxo Abuna Tefelows, secuestros, expoliaciones y ejecuciones sumarias.
Todos los cargos estaban reunidos en cuatro categorías: «genocidio, homicidio, confiscación de bienes y encarcelamiento abusivo y tortura».
Once de los más altos responsables del régimen de la época, así como Mengistu, fueron declarados culpables de las cuatro categorías de crímenes y corrían el riesgo de haber sido condenados a muerte.
Mengistu se hizo con el régimen militar-marxista etiope, el 3 de febrero de 1977, en un sangriento golpe de Estado que le aseguró el control del Derg, el consejo militar que dirigía el país desde la caída del emperador Hailé Selassié, en 1974.
Los dos años siguientes (1977-1978) estuvieron marcados por numerosas detenciones y miles de asesinatos en todo el país.
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, acordó a Mengistu el asilo político en 1991 y rechazó su extradición a Etiopía.
El ex jefe del Estado etiope, de 69 años, casado y padre de familia, escapó a una tentativa de asesinato en Harare en 1996.