La seguridad, materia pendiente


Algo básico, fundamental y garante del bienestar general, demuestra ser la seguridad. Casos y cosas subsiguientes vienen por añadidura en un momento dado. Pero, no faltan los peros, la misma desapareció del panorama hace mucho tiempo y sus efectos dañinos causan situaciones del todo alarmantes, en nuestro entorno cotidiano.

Juan de Dios Rojas
jddrojas@yahoo.com

Escuché de un conferencista connotado, entre otras cuestiones motivadoras de reflexión, «Que lo más seguro es lo inseguro». Cabe su aplicación en el paí­s que exhibe la condición de ser materia pendiente de recuperación. Limitante muy severa y responsable de mantener los ánimos atemorizados, intranquilos y angustiados.

Hasta cuándo volverá la misma a nuestros lares, la respuesta es obvia. Al paso que vamos la meta se encuentra aun bastante lejana por lo visto. Suceden a diario constantes cambios en el equipo de trabajo del gobierno de Colom, generadores de duda generalizada. La inestabilidad en el ministerio de Gobernación tiene que ver.

Tanto en el ministerio del Interior como dirección de la Policí­a Nacional Civil, anochecen personajes que ocupan esas poltronas, sin embargo amanecen otros. Menuda sorpresa lleva la población, de suyo fácil de impacto, en la sumatoria de acontecimientos, capaces de sobresaltos en la frontera también del pánico de inmediato.

El hecho palpitante, devenido en caudales de adrenalina en cada vecino tiene cuerpo entero, cuando se ha sostenido varias veces no contar con un plan especí­fico en materia de seguridad. Nos conduce al instante en parecernos a la naturaleza de Ripley, a estas alturas atinentes a más de 18 meses que suma el gobierno actual.

La actividad más elemental requiere para su éxito de rigor, contar por supuesto con el respectivo plan de trabajo. Confortante es de acuerdo a criterios disparejos la base alrededor de la cual giran en serie, los pasos indispensables. Si no existe, nos remite quieran o no, a desplegar acciones parecidas a, en el camino se arreglan las cosas.

Ese constante cambio de titular de Gobernación y de la PNC, refleja de un todo la ausencia de gente idónea que se haga cargo y demuestre su idoneidad y capacidad. Sin embargo, el acontecer saca a relucir sin temor a dudas que representa el conocido señalamiento, hasta empí­rico si se quiere, equivalente a buscar una aguja en un pajar.

Recordemos, puesto que permanece relativamente fresco el ofrecimiento plural de todos los presidenciables en la contienda pasada, tocante a que le entrarí­an a la seguridad como prioridad uno. No obstante sigue pendiente tan necesario y urgente recuperación, acaso perdida en el rincón del olvido, pese a su vital como importancia evidente.

A propósito, en torno al cuestionable asunto inalcanzable hasta el momento actual, representa crecimiento evidente el señalamiento de falta de experiencia del tema de los nombrados. Y los resultados, inclusive con visión miope se hacen realidad, ante la reacción popular inconforme cada vez.

También influye poderosamente otro factor endosado al problema de mérito. La no existencia de seguimiento referente a la seguridad, tras uno, otro, al frente del despacho en mención, está a la vista. Es siempre una costumbre inveterada de decir NO a lo hecho por su antecesor. Razón por la cual se pierden horas hombre, y recursos lastimosamente.

Mientras eso ocurre en nuestro medio se lanza el emblemático SOS, en la búsqueda de una varita mágica que posibilite la luz al final del túnel. Los dí­as pasan, carentes de solución efectiva, cuando clama el colectivo por ver alguna vez, el rostro radiante de la seguridad. A lo mejor concluya ese barajar nombres y surja el milagro.