La necesidad de analizar y reordenar la economí­a mundial


Simultáneamente a la Asamblea General, el G20; es decir, 20 paí­ses que representan el 80% de la economí­a mundial se han reunido para buscar las normas que deben regular, de ahora en adelante, la economí­a mundial. Las normas que los bancos centrales y el sistema financiero debe respetar porque no podemos continuar permitiendo que a costillas de todos los seres humanos, los pocos miembros que integran las cúpulas económicas de los paí­ses se hagan más ricos sin importarles de forma concreta e irrefutable la pobreza, la miseria, la desnutrición y el hambre que como consecuencia de su falta de solidaridad, de su falta de humanidad -inclusive- de su falta de comprender y reconocer sabia e inteligentemente que la concentración de la riqueza, tarde o temprano conlleva el rompimiento del orden social.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Los planteamientos realizados en Naciones Unidas, los temas y las deliberaciones del G20 son la evidencia que un nuevo orden social, económico y polí­tico debe de gestarse dentro de la democracia y así­ salir de esta encrucijada, arribando y acercándonos a un Estado de Derecho donde la solidaridad y el respeto priven.

 

Centroamérica como región y Guatemala como paí­s no están efectuando nada que pueda decirse que detendrá nuestro continuo deterioro social, económico y polí­tico. Eventos van, eventos vienen pero medidas concretas para regular la economí­a y evitar que continúe deteriorándose el Estado social de la mayorí­a de los guatemaltecos, no se ven porque no existen.

 

Que el gobierno actual haya aumentado en cierto sentido, a través de Cohesión Social, sus ayudas a una parte de la población es una medida de corto plazo que debe de hacerse pero no debe olvidarse que es insuficiente. La carga tributaria en impuestos directos no se ha mejorado, ni se ha tratado de mejorar. Ello condena el presente y el futuro de más del 60% de la población de nuestro paí­s.

 

Si a Bill Gates, si a Carlos Slim le preguntaran si van a vivir él o su familia, incluyendo hasta la cuarta generación en el futuro mejor o peor, porque no incrementen o disminuyan sus fortunas en mil millones, la respuesta serí­a sin duda alguna que especí­ficamente a su familia y a ellos no les afecta porque no están en la situación crí­tica de sobrevivir, de que sus hijos no sean desnutridos o mueran en los primeros cuatro años de vida, porque sus empresas y sus fortunas son indudablemente sólidas como son las empresas y las fortunas y el bienestar económico y social de todos los integrantes de la cúpula económica de Guatemala y cualquier paí­s centroamericano. Por ello es tan importante que quienes integren la cúpula económica, que son distintos los unos de los otros, tomen el liderazgo activo quienes verdaderamente creen y desean que Guatemala llegue algún dí­a al nivel de lo que es la sociedad de la República de Chile. Ese paí­s hace 40 años estaba como estamos nosotros y fueron los sucesivos gobiernos de Pinochet y de la Concertación los que llevaron adelante a su sociedad y paí­s.

 

Decir que no se puede es mentira, decir que sólo el gobierno lo puede hacer es mentira, decir que por desborde lo va a ser el sector empresarial es mentira. La crisis es la oportunidad de que a nivel nacional se acepte un nuevo pacto social y que de esa manera cualquier próximo gobierno tenga la posibilidad de desterrar el hambre, la desnutrición y reducir la pobreza y la extrema pobreza.