Paleontólogos chinos y británicos identificaron los fósiles de un nuevo tipo de pterosaurio, que podría permitir comprender la evolución de esos misteriosos reptiles volantes, señores del cielo en la época de los dinosaurios.
Esta nueva especie, bautizada Darwinopterus Modularis en honor de Charles Darwin, nacido hace 200 años, que publicó hace 150 su obra mayor, «El origen de las especies».
Más de 20 esqueletos fosilizados de esta nueva especie fueron encontrados este año en el nordeste de China, explican los cinco paleontólogos en un artículo publicado hoy en la revista científica británica Proceedings of the Royal Society B.
La investigación fue realizada por un equipo de paleontólogos chinos y británicos, dirigidos por el doctor Junchang Lu, del Instituto de Geología de Pekín.
Los esqueletos fósiles, algunos de los cuales están completos, fueron descubiertos en rocas de unos 160 millones de años de antigí¼edad, lo que significa que el Darwinopterus Modularis vivió por lo menos dos millones de años antes del primer pájaro, el Archaeopteryx.
El Darwinopterus Modularis parece ser el eslabón perdido entre los pterosaurios primitivos de larga cola (llamados a veces pterodáctilos) y sus descendientes, cuyas colas eran más cortas y que tenían capacidades de vuelo más sofisticadas pese a que podían alcanzar en ciertos casos tamaños gigantescos.
Los paleontólogos que hicieron el descubrimiento afirmaron que fue una sorpresa incluso para ellos. «Siempre nos habíamos esperado a que el eslabón perdido tuviera rasgos intermediarios, como una cola moderadamente larga», explicó uno de ellos, David Unwin, científico de la Universidad de Leicester (Gran Bretaña) en un comunicado a la prensa.
«Lo que es extraño con el Darwinopterus es que tiene una cabeza y un cuello similares a los de los pterosaurios evolucionados, en tanto que el resto de su esqueleto, incluyendo la muy larga cola, es idéntico a los de las formas primitivas» de la especie, agregó.
Los paleontólogos estiman que, en el curso de la evolución de los pterosaurios, la cabeza y el cuello cambiaron en primer lugar, y sólo luego lo hicieron el cuerpo, la cola, las alas y las patas.
«Muchos cambios importantes se concentraron en un corto periodo de tiempo», precisó el doctor Unwin.