Tanto en la familia como en el Estado se reducen actividades si los ingresos declinan y exploran acciones que produzcan nuevos ingresos para su crecimiento con un flujo aceptable que responda a las obligaciones o inversiones de capital que se hagan, pues como dice Jesús: «Cuando uno de ustedes quiere construir una casa en el campo ¿no comienzan por sentarse y hacer las cuentas, para ver si pueden terminarla? (Lucas 14.28)» Hay que prever siempre todas las erogaciones o gastos y determinar si se tiene lo necesario para completar el pago del servicio de las deudas y su monto a cubrir en cada etapa. La enseñanza de Jesús sugiere el mandato que somos nosotros los que debemos completar el círculo y nunca nuestros descendientes que tendrán los suyos propios.