El ex guerrillero Daniel Ortega, otrora enemigo de Estados Unidos, vuelve hoy a la presidencia de Nicaragua, casi 17 años después de haberla perdido en las urnas, en una ceremonia a la que asisten 14 jefes de Estado y de gobierno, entre ellos, el venezolano Hugo Chávez y el colombiano ílvaro Uribe.
El regreso al poder del líder sandinista, vencedor en las urnas en las elecciones del 5 de noviembre, ha devuelto a este pequeño país de 5,4 millones de habitantes, 70% de ellos en la pobreza, a la primera plana de la información mundial.
Su pasado de guerrillero marxista y antiimperialista sigue suscitando interrogantes sobre la veracidad del cambio de imagen forjado en la oposición y del nuevo mensaje en el que preconiza la «paz, el trabajo y la reconciliación».
Desde su elección, Ortega no ha perdido ocasión para intentar tranquilizar a Estados Unidos, que durante el primer gobierno sandinista (1979-90) instigó y financió a grupos opositores –Contras– para derrocarlo, y que hizo todo lo posible para evitar su regreso al poder.
El nuevo presidente intentó además calmar a inversores y empresarios, al 62% del pueblo nicaragí¼ense que no lo votó por miedo a una vuelta al pasado belicoso, y a los organismos de financiación internacional, que espera le ayuden a dar un giro social a años de política económica neoliberal.
Ortega, de 61 años, gobernará con el ex dirigente de la contrarrevolución Jaime Morales, un ponderado político de la derecha nicaragí¼ense que lo acompañará en la vicepresidencia.
El ex guerrillero sandinista que, en cuanto fue elegido, visitó a sus vecinos Panamá, El Salvador, Guatemala y Honduras, no ha renegado de sus viejas amistades, como el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el líder cubano Fidel Castro.
El mandatario cubano, convaleciente, será el gran ausente en la ceremonia de traspaso de poderes, que se materializará hacia las 16:20 horas locales (22H20 horas) ante la nueva Asamblea Nacional con la entrega de la banda presidencial de manos del titular de este Poder, el también sandinista, René Núñez.
Su vuelta ha reavivado los rescoldos de la Guerra Fría y su amistad con Chávez, quien aspira a convertirse en el principal banquero del nuevo gobierno nicaragí¼ense para financiar proyectos de salud, educación o agrícolas, no hace más que suscitar el recelo de los estadounidenses.
«El gran problema de Ortega será cómo equilibrar la influencia de Chávez», aseguró en una conversación en un influyente analista político nicaragí¼ense.
Managua congregará durante unas horas a buena parte de lo que Washington denomina el ’eje del mal’. La lista de delegaciones enviada por la secretaria de Comunicación del Frente Sandinista de Liberación Nacional y futura primera dama, Rosario Murillo, incluye la asistencia a la investidura de Ortega del presidente iraní, «compañero» Mahmoud Ajmadinejad, quien posiblemente retrase su visita hasta el fin de semana.
También se encuentran en la lista, José Ramón Machado, miembro del buró político del Partido Comunista de Cuba; el jefe de Gobierno de Libia, Mustafá el Qarubi, o una delegación siria.
La delegación estadounidense está integrada por el secretario de Salud y Servicios Humanos estadounidense, Michael Leawitt, el embajador John J. Danilovich, director ejecutivo de la Corporación de la Cuenta del Milenio, y por Thomas Shannon, asistente del Secretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental.
También asisten el heredero de la Corona española, el príncipe Felipe de Borbón, los mandatarios de América Central en pleno, el presidente de México, Felipe Calderón, y el boliviano Evo Morales, además de Uribe.
El presidente de Taiwán, Chen Shui Bian, acompañado de 200 empresarios, fue de los primeros en llegar a Nicaragua, uno de los 24 países que reconocen a la isla rebelde de China en sus aspiraciones nacionalistas.
Ortega pronunciará su primer discurso como presidente en la Plaza de la Fe, Juan Pablo II, ante un estimado de unas 200.000 personas.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, viajará el sábado a Venezuela, Nicaragua y Ecuador, tres países cuyos dirigentes son grandes críticos de Estados Unidos, confirmó el gabinete de prensa del Jefe del Estado en Teherán.
Durante esta visita de cuatro días, el presidente Ahmadinejad se reunirá con sus homólogos en esos tres países, así como con el presidente de Bolivia, Evo Morales.
El apoyo de estos últimos al programa nuclear iraní ya es un hecho, mientras que Irán es objeto de sanciones de parte de la ONU por haberse negado a suspenderlo.
«El presidente Mahmud Ahmadinejad partirá de Teherán el viernes en la noche para una gira por Venezuela, Nicaragua y Ecuador», afirma el comunicado de la presidencia.
Ahmadinejad debe reunirse el sábado con el presidente venezolano Hugo Chávez, el primer aliado de Teherán en la región.
El domingo en la mañana viajará a Nicaragua para una visita de un día, durante la cual se entrevistará con el nuevo presidente Daniel Ortega, ex jefe guerrillero y adversario declarado de Estados Unidos.
Por último, el lunes estará en Ecuador para participar en las ceremonias de investidura del nuevo presidente Rafael Correa, un economista antiliberal de izquierda.