«El Presidente le retiró el respaldo a la CICIG»


Alejandro Giammattei, ex candidato presidencial, criticó la poca transparencia que hubo en torno a la elección de magistrados para la CSJ. FOTO LA HORA: ARCHIVO

En declaraciones a Diario La Hora, el ex candidato a la Presidencia de la República, habló sin tapujos de la elección de magistrados, tan cuestionada por mucho y defendida por otros.

Redacción La Hora
lahora@lahora.com.gt

– ¿Cómo le podemos explicar a la ciudadaní­a las pugnas de poder y la batalla que se está librando en el Congreso?

– La posición que nosotros fijamos es bien sencilla: hoy Guatemala se está jugando la posibilidad de tener un sistema de justicia que funcione o seguir con la misma historia de corrupción, trasiego de influencias, penetración del crimen organizado, el contrabando, la impunidad, etc.

Yo creo que, históricamente, es uno de los momentos principales que vamos a vivir en Guatemala, creo que han quedado al descubierto las más oscuras intenciones de grupos que se han perpetuado en el control de los tribunales de justicia y Corte Suprema de Justicia, lo que ha traí­do como consecuencia la impunidad en la que vivimos, que es la que redunda en la ingobernabilidad y en la violencia que tenemos.

Fijar la posición de la ciudadaní­a hoy es muy importante, la presión debe ser sobre las instituciones encargadas de hacer que esto funcione, léase el Congreso de la República, pero sobre todo el poder Ejecutivo, que es el que más ha metido las manos en esta elección. Para todos no es un secreto, si recordamos las declaraciones del presidente Colom hace unas semanas, decí­a que su esposa, Jairo Flores, su cuñada y algunos otros a tí­tulo personal estaban tratando de incidir, como era su derecho, en las planillas que fueron electas para ir a las Comisiones de Postulación. El mismo Presidente reconoció que el mismo Jairo Flores tení­a que ver, con qué razón quieren poner a la pariente de Jairo Flores allí­ en la Corte Suprema de Justicia. El Presidente lo dijo públicamente.

Es incongruente lo que ha demostrado el Presidente, con lo que debe estar haciendo, porque el respaldo que supuestamente le tení­a a la CICIG se lo ha quitado, y hoy lo vemos en su declaración en Despacho Presidencial donde dice que él no se mete, pero que la elección ya está dada y lo que debe hacerse es respetarla. Ese es un doble juego, una doble moral que ha demostrado en sus 20 meses de mandato.

Hoy no es cuestión de que el Congreso haya escogido o no, hoy es cuestión de que lo que llegó al Congreso era lo que menos debí­a haber llegado y lo que se vio en el Congreso es el interés de un grupo de personas por tratarse de adueñar de la Corte, por tener un magistradito que les abra el paraguas para que les trate de pasar el chaparrón.

– ¿Por qué los partidos que han tenido o tienen el poder defienden la cuestionada elección?

– Es bien sencillo, pues es plena corrupción. Donde termina la mayorí­a de procesos penales si se tratara de un funcionario público. En la Corte Suprema de Justicia y en la incidencia que tienen en las Cortes de Apelaciones, que es allí­ donde se práctica la auténtica justicia, entonces necesitan tener su paraguas y lo único que están demostrando es que están preocupados que algún dí­a se destapen los contratos multimillonarios, obras ficticias, dragados de rí­os que nunca han existido, carreteras que deberí­an haber costado 5 y terminan costando 25 millones de quetzales, los fondos que se desaparecen en efectivo, etc.

Lo que estamos viendo es la intención de penetrar la Corte Suprema de Justicia para mantener el más absoluto manto de impunidad en la corrupción que es la que nos tiene sumidos en la miseria que nos mantenemos.

– ¿Qué deberí­a de suceder?

– La Corte de Constitucionalidad ahora debe justificar su fallo, que yo no le mirarí­a problema que la Corte lo justifique pues iba bien fundamentado, yo creerí­a que el Congreso debe dar marcha atrás. Las declaraciones ayer de un diputado de la UNE en el sentido que el Presidente habí­a llamado a tres de los cuestionados para que renunciaran y les ofrecí­a puestos en el ejecutivo, no es nada más ni nada menos, que el viejo refrán de «Dios los hace y el diablo los junta» y lo único que están haciendo es meterle presión al Congreso y a ver si dan marcha atrás y tratan de elegir entre la nomina de los 26 a los que más le convengan al paí­s y no a los intereses de quienes necesitan ese manto de impunidad que tratan de ponerse encima puro chaleco.