Japón olvida sus complejos y se dota de un Ministerio de Defensa


Creación. Shinzo Abe, primer ministro japonés, ofrece una conferencia de prensa por la creación del Ministerio de Defensa.

Sesenta años después de su derrota, Japón se dotó hoy de un verdadero ministerio de Defensa, un hecho simbólico en un paí­s que pierde cada vez más sus complejos y desea contar con mayor influencia en la escena internacional.


«Desde el fin de la Guerra Frí­a, los retos de seguridad nacional de Japón han conocido cambios profundos», declaró el primer ministro, Shinzo Abe, en la ceremonia de inauguración del nuevo ministerio.

«Se trata de un paso importante para salir del régimen de posguerra y continuar los esfuerzos para construir nuestra nación», dijo Abe, de 52 años, y el primer jefe de gobierno nipón que no conoció la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Para el primer ministro, la creación de este ministerio «prueba la madurez de la democracia japonesa» y las otras naciones no tienen nada que temer de Japón, cuyo expansionismo en el siglo XX marcó con sangre Asia, principalmente China y Corea.

«Pienso que un Japón seguro de sí­ mismo sabrá ganarse la comprensión y la confianza del mundo», señaló Abe en una entrevista a la británica BBC.

En virtud de su Constitución de 1947, por la que renuncia «para siempre» a hacer la guerra, Japón tan sólo disponí­a hasta ahora de una «Agencia de Defensa» cuyo responsable no tení­a rango de ministro.

Así­, el hasta ahora director de la agencia de Defensa, Fumio Kyuma, de 65 años, se convirtió este martes en el primer ministro japonés de Defensa de la posguerra. El ejército japonés mantendrá, sin embargo, el nombre de «Fuerzas de Autodefensa».

Esta decisión de gran carácter simbólico habí­a sido confirmada el mes pasado por la Dieta (Parlamento), con el principal partido de la oposición que adhirió al proyecto de ley de la mayorí­a conservadora.

Pese a su estricta doctrina pacifista, impuesta por el artí­culo 9 de su Constitución –dictada por Estados Unidos durante su ocupación del paí­s–, Japón posee uno de los mayores presupuestos militares del mundo, de unos 32.000 millones de euros (más de 41.500 millones de dólares).

Paradójicamente, los soldados nipones siguen sin estar autorizados a disparar, salvo en caso de legí­tima defensa. Abe pretende revisar este controvertido artí­culo 9 para que las tropas puedan responder en caso de ataque exterior y participar en operaciones internacionales de mantenimiento de la paz.

Esta reforma, prometida por la derecha en el poder, se inscribe en una reestructuración profunda de la polí­tica de defensa japonesa, frente al crecimiento del poderí­o militar de China, así­ como a los misiles y la amenaza nuclear de Corea del Norte.

Paí­ses vecinos como Corea del Norte y China temen una resurrección del militarismo japonés.